Por María Paz González, Trabajadora de la Salud.
Pareciera ser que la frase «hasta que la dignidad se haga costumbre» retratada en las paredes de la calle y en el canto de las masas, hoy cobra más fuerza que nunca a raíz de lo sucedido con el covid-19 que llegó a evidenciar aún más la crisis dentro de la salud pública, misma que ha ido en aumento gracias a los gobiernos de turno que han permitido poner en práctica ciertas reformas que a la larga sólo favorecen a la burguesía.
Dentro de unos cuantos párrafos, no alcanzan a ser escritas y descritas todas las falencias presentes en el sistema de salud pública que acoge a cerca del 80% de la población en Chile. Pareciera ser que el acceso a una salud digna y de calidad, es una quimera que se esfuma en las salas de espera, y en ocasiones, en los años de retraso en la atención.
En carne viva
La señora Gloria (70) camina de forma dificultosa por su jardín, esto debido a que su prótesis de cadera está disfuncionando. «Creo que ya perdí la cuenta de cuántos años llevo esperando para que me operen, creo que deben ser cuatro. Ya de por sí una sabe que en los hospitales la atención es demorosa, súmele a eso que me tiran pa ́ la cola por mi edad», dice Gloria mientras masajea con una mueca de dolor, su cadera derecha.
Según cifras arrojadas por el ministerio de salud en el año 2019, cerca de 9724 personas que se encontraban en lista de espera por diversos motivos, fallecieron antes de recibir atención oportuna. Pese a los datos anteriores, las cifras podrían ser más altas, ya que muchos casos no son pesquisados.
Uno de los mejores sistemas de salud del mundo
«Ante estos importantes problemas de salud pública, Chile tiene un sistema de salud pública robusto y de buen funcionamiento. El liderazgo desde distintos niveles del gobierno, y en particular desde el gobierno central, es ambicioso». (Estudios de la OCDE, acerca de la salud pública en Chile, 2019).Si el fragmento anterior se leyera sin especificar el país del cual se habla, sería difícil creer que se está haciendo alusión a Chile, pues nuestro país dista mucho de tener un sistema de salud pública robusto, y es justamente acá donde se deja entrever que las cifras MIENTEN. ¿Qué más hace falta para obtener un trato digno en un escenario tan adverso como lo es estar enfermo? La respuesta es sencilla, lo que hace falta es que el gobierno vele para que cada ser humano tenga igual acceso a la salud, y para esto es necesario acabar de raíz con la privatización de ésta, algo que Piñera y los gobiernos empresariales no harán debido a las ansias de lucro que anteponen al bienestar de un sinfín de vidas humanas.
Testimonio desde dentro
Uno de los mejores referentes para saber de qué forma funciona realmente el sistema de salud pública, son las trabajadoras y trabajadores de esta área, pues son ellos quienes pueden vislumbrar de forma más certera las falencias de éste: «Hace 4 años estoy inserta en el sistema de salud pública, como trabajadora y usuaria. Como trabajadora puedo decir que el personal hace lo posible por entregar atención óptima a la mayor cantidad de personas pero la realidad es que muchas veces quedamos cortos; nos faltan insumos, mismos que muchas veces debemos pedir a las familias de los paciente internados, como pañales o ciertos medicamentos, lo cual es sumamente vergonzoso porque de por si ellos ya están pagando por la cama que usa su ser querido, y lo anterior sin contar que ya se les está despachando un 7% de sus sueldos a FONASA. Nosotros día a día hacemos lo que podemos, pero además de las problemáticas que acongojan principalmente al usuario, como funcionarios nos vemos expuestos a jornadas extenuantes que a veces duran hasta 24 horas. Si después de un turno que normalmente dura 12 horas, ya estamos reventados, imagínese 24, pero así funciona y lamentablemente una se adapta a ese ritmo. Lo más «chistoso» es que trabajamos velando por la salud de las personas, muchas veces a costa de la nuestra pero sabemos que no es culpa de los pacientes sino que del sistema en sí que es súper precario«. Dice una funcionaria que prefirió dar su testimonio desde el anonimato.
Si bien es cierto que el paisaje parece sombrío, es necesario que todas las fallas presentes en el sistema de salud pública (en todas sus aristas) salgan a la luz y puedan ser dadas a conocer para la mayor cantidad de personas posible, pues las autoridades ya han demostrado con su silencio e ineptitud, que el pueblo trabajador no es prioridad para ellos. Es de suma importancia mantenerse movilizados de la forma en que se pueda y resguardando nuestra propia salud y la de aquellos que nos rodean, pues el mismo gobierno se niega a plantear una cuarentena general, sólo propone una que es sumamente parcial e hipócrita, ya que muchos trabajadores se han visto presionados a seguir saliendo de sus casas con destino a sus trabajos. El mismo 29 de marzo, el ministro de salud, Mañalich, declaró que una cuarentena total sería poco efectiva en nuestro país puesto que en Italia esto no habría rendido buenos frutos, a ello agregó que al decretarse cuarentena total, muchas personas quedarían desprovistas de alimentos. La poca seriedad de los anteriores argumentos, deja en evidencia la inoperancia y ausencia de empatía por parte de aquellos actores que se supone deberían velar por nuestra salud. Por este motivo es necesario informarse y accionar medidas que nos permitan contribuir a generar un cambio sustancial de esta sociedad, es decir acabar con el sistema capitalista. El covid-19 solo fue el motivo cúlmine de la crisis sanitaria en Chile, mas no el único.
Es por eso, que es indispensable seguir luchando por:
- Asegurar la protección sanitaria de los trabajadores de la salud, pues son ellos los que se encuentran más expuestos en este tipo de adversidades.
- Acabar con los contratos honorarios que privan de derechos básicos a miles de trabajadores dentro de los hospitales (no poseen vacaciones pagadas ni acceso a la mutual de salud).Todos a planta
- Eliminar los turnos de 24-36 horas de corrido. Reducción de jornada laboral y aumento en contratación a trabajadores de la salud.
- Huelga general sanitaria para garantizar cuarentena general: mantener solo las faenas y trabajos esenciales para la vida y para combatir el COVID-19.
- Volcar la economía y la producción para la salud y detener la pandemia
- Test de detección temprana del virus, gratuito y masivo: La prevención es la principal medida para seguir evitando la propagación, este fue uno de los aciertos de Corea del Sur y uno de los principales errores de China: hasta el aislamiento forzado de Wuhan, el 86% de todas las infecciones no estaban siendo detectadas, al 23 de enero solo había 801 casos documentados, mientras el total de infectados debió ser de 13.118.
- Distribución gratuita de jabón, Alcohol Gel, mascarillas e insumos de primera necesidad
- Fortalecer la salud pública acabando con la salud privada. Por un sistema único de salud estatal bajo control de trabajadores: Que las millonarias subvenciones que reciben las clínicas privadas sean utilizadas para los hospitales de la clase trabajadora. Solo en el 2019, el Estado entregó más de $550 mil millones en prestaciones a la salud privada. Acabemos con el negocio de las clínicas privadas, sacando a sus dueños y estatizándolas bajo control de trabajadores para dejar con sus instalaciones y todo el servicio del conjunto de la población. Por una salud pública que avance en tecnología, ciencia y desarrollo para garantizar el cuidado de la población.
- Vacunación gratuita y urgente a la población de riesgo a sus domicilios: No podemos exponer a los ancianos y a la población de riesgo a que sigan yendo a hospitales con filas eternas a exponerse por las vacunas, algunas municipalidades están teniendo política de ir a los domicilios a vacunar, esto debe ser una medida nacional.
- Total transparencia sobre la propagación del virus: Por comisiones independientes integradas por profesionales idóneos y miembros de las organizaciones de trabajadores, que controlen toda la información que maneje el estado sin ningún tipo de censura.
- ¡Ningún despido más! ¡Reintegro inmediato a todos los trabajadores despedidos! Que la crisis la paguen los ricos.
- ¡Fuera Mañalich! ¡Fuera Piñera!