Piñera, Mañalich y todos los ricos y empresarios han demostrado que no les importa la salud ni la vida de los trabajadores. Los ricos se pasean en pleno llamado a quedarse en casa y el Gobierno sigue obligando a los trabajadores a aglomerarse en el transporte público o en las faenas. En muchos trabajos ni siquiera se dan condiciones mínimas como mascarillas o alcohol gel, por el contrario, cuando protestan para exigirlos (como en caso de los asistentes de servicio del metro) son despedidos. Para los trabajadores la lección que deja la burguesía mostrando su verdadera cara en esta pandemia es clara: solo les importan sus ganancias.
Es por eso que los trabajadores, incluso sobrepasando a sus direcciones sindicales, se van a protestas. Es cierto que en esas protestas lo que principalmente exigen los trabajadores no es cuarentena total, sino medidas ultra básicas como mascarillas, test o alcohol gel. Lo anterior solo muestra la realidad del trabajador, sabemos que no tenemos elección: o trabajamos o morimos de hambre, entonces cualquier exigencia de cuarentena total parece una fantasía lejana. Sin embargo, la distancia y cuarentena total es una necesidad sanitaria YA, ni las mascarillas para todos ni el alcohol gel garantiza que no habrá contagio.
La burguesía no garantizará la cuarentena total ni nuestra salud: solo depende de nosotros
El asunto es que la burguesía sabe que habrá gente que morirá y lo asume, algunos hablan de una pandemia que puede dejar hasta 60 millones de muertes (Martin Wolf, escritor en NYT), entonces tratan de dejar las medidas más drásticas para el peak de la situación y no como una medida preventiva contra el contagio y la muerte. Por eso los test de detección temprana no son masivos ni menos gratis, por eso no decretan cuarentena nacional ahora y quizás están esperando hasta el momento peak, quieren estirar “el chicle” hasta lo que más puedan con la producción para mantener sus ganancias, y solo tomar medidas en un futuro en el cual las muertes no se van a evitar, quizás solo reducir mínimamente. Un ejemplo claro es Italia, en donde recién ayer lunes se indicó en El Mercurio que el país tomó como medida “cuarentena total”, cuando ya habían más de 5.470 muertos y 59 mil personas contagiadas (una tasa de letalidad que ya sobrepasó el 9%). Pero esta cuarentena total decretada en algunos países no es real, por ejemplo en Argentina la “cuarentena total”, no indica aún cuáles serán las medidas que se tomarán para garantizar ese aislamiento a los millones de trabajadores autónomos, que si no trabajan no comen, y en la realidad hay muchas industrias no esenciales que el gobierno sigue dejando trabajar (y producir ganancias): son las mineras una industria esencial en medio de esta emergencia, los que producen snaks o golosinas, es decir el gobierno da una apertura de excepciones que deja que cientos de empresas sigan produciendo productos o esenciales sin ninguna reprimenda.
La misma Organización Mundial de la Salud, a través de su representante en Chile Fernand Leanes, no va en el sentido de los distintos especialistas que recomiendan cuarentena total, los argumentos de Leanes frente al caso chileno iban en ciertos puntos: “primero porque tienen un efecto corto y segundo porque no se pueden sostener, muchas veces, porque la gente las incumple y porque la gente no puede subsistir con esas medidas”, y por eso, luego indica que “Estas medidas se tienen que tomar cuando tienes un número de casos muy altos”. Sobre el argumento de que tienen un efecto corto: tiene sentido bajo un sistema capitalista donde domina la burguesía y los trabajadores son obligados a producir no lo que necesita la humanidad para subsistir sino lo que el patrón quiere para su lucro, tiene sentido si no recuperamos esos 35 mil millones de dólares que nos han robado las 8 familias más ricas de este país porque no habría recursos para seguir mientras estamos casi parados, entonces para garantizar echar andar una cuarentena total, debemos ir en contra del mismo modo de producción capitalista. Luego dice que es una medida que no se puede sostener porque la gente incumple y no puede subsistir con esas medidas, esa frase es muy lamentable y un insulto a las cientos de miles de familias trabajadoras que bajo esta pandemia se han intentado cuidar con todos los medios pero la principal exposición no es porque “incumplan por displicencia”, sino porque son obligados a salir al trabajo hacinados en transporte público, de hecho quienes incumplen por displicencia son los “cuicos”, los ricos, que usan esta cuarentena para ir a sus segundas casas de vacaciones en las zonas costeras. En esta pandemia la clase trabajadora es la que más está dando lección de querer una subsistencia, los ricos con su irresponsabilidad son quienes se exponen porque saben que luego pueden pagar caras clínicas privadas.
Por eso es que no podemos esperar nada de la burguesía ni de sus gobiernos ni instituciones. La OMS puede tener muy buenos análisis sobre salud, pero hoy esos argumentos no se basan teniendo como principal preocupación la salud de las personas y volcar todo a ello, sino en que hoy estamos bajo un sistema de producción capitalista que es intocable. Solo los trabajadores organizados podemos cuidarnos y luchar para salvarnos.
Hoy la mayoría de las dirigencias sindicales tienen una posición criminal también al postergar este llamado y no organizar -o directamente ir en contra de- las luchas que vienen dando los trabajadores, la CUT y otras organizaciones este lunes hicieron llamado a Huelga por la vida, pero no hacen algo por organizar esas luchas ya existentes. Solo queda exigir a los sindicatos y centrales, pero a la vez seguir impulsando y replicando desde abajo los ejemplos de protestas en los lugares de trabajo, no podemos esperar confiar nuestra salud y vida a sus tiempos en los que muchos dirigentes están en cuarentena mientras la base sigue en faenas.
Una cuarentena que deje funcionando los servicios esenciales y garantice la subsistencia de todos
La principal excusa del gobierno (y que en un cambio de discurso ahora también es el discurso de las municipalidades para no defender la cuarentena total), es que deben seguir funcionando los supermercados y farmacias para abastecernos de productos básicos, sí, las mismas cadenas que se han coludido y ahora frente a la crisis suben los precios. Pero no dicen que siguen haciendo funcionar una serie de faenas y trabajos que en su gran mayoría hoy no son esenciales.
Desde el MIT creemos que los servicios básicos que garanticen alimentación y salud ya sea mediante servicios-producción e investigación con el objetivo de detener el coronavirus, u otros esenciales deben seguir en pie, pero no bajo la lógica de producción burguesa anárquica sin planificación que se centra en las ganancias del patrón imponiendo a los trabajadores condiciones de desprotección. Necesitamos una planificación que haga que la producción de alimentos se destine a lo esencial para la salud y no a esa industria descontrolada de la carne o mucho menos de golosinas. A estos trabajadores esenciales se les debe hacer el test masivo de detección temprana para evitar contagios, que se trabaje en turnos que impida que se generen aglomeraciones, una planificación del transporte que no los exponga, para eso, solo el metro y transporte público no bastará, hay que ver alternativas como transportes desde las casas de trabajadores hasta los lugares de trabajo, etc. Las cadenas de supermercados y las farmacias deben devolver todo lo robado.
Como vimos, el empresariado y sus gobiernos no harán eso, entonces es necesario ir avanzando en nuestra organización, crear y fortalecer comités de sanidad, seguridad y abastecimiento las empresas y territorios. Con nuestra organización, además de exigir la cuarentena general, debemos impedir que ella signifique cualquier ataque a nuestros derechos laborales y sociales, mediante la exigencia de:
- Test masivos de detección temprana gratis para todos
- Cese de faenas y trabajos no esenciales, manteniendo los sueldos y derechos de todos los trabajadores. Ningún despido.
- Suspensión de todos los cobros de arriendo, dividendos y cuentas.
- Vuelco de toda la producción posible para combatir la pandemia, que sea controlada por los trabajadores.
- Sueldo 600.000 para todos los cesantes y informales.
- Suspensión de todos las deudas de las Pymes y apoyo a los pequeños comerciantes.
- Estatización inmediata de las clínicas privadas, Isapres y reorganizar la producción para controlar la pandemia: producción de ventiladores, alcohol gel, mascarillas y todos los insumos necesarios para controlar la pandemia.
- Impuesto de 50% a las mayores fortunas para inversión en salud y garantizar el plan de emergencia a los trabajadores. Recuperemos todo lo que por más de 30 años nos saquearon las 10 familias más ricas: expropiación de su patrimonio.
- ¡Fuera Mañalich y Piñera!
- ¡Que la crisis la paguen los ricos!
- ¡Por un Gobierno obrero y popular!