Cómo cagarte a los trabajadores, paso a paso: 1) Te candidateas a presidente del país; 2) Prometes cielo, mar y tierra; 3) Sales electo presidente; 4) Gobiernas para los empresarios y banqueros (la ínfima minoría del país); 5) Haces el llamado a realizar grandes reformas que “beneficiarán” a todo el pueblo; 6) Disfrazas el contenido real de las reformas en frases bonitas y complicadas; 7) Implementas las reformas para empeorar aún más la vida de los trabajadores y quitar los pocos derechos que todavía les quedan.

Los partidos políticos tradicionales se manejan a la perfección con esta fórmula, y ahora es el turno de Piñera para implementarla.

Él prometió más y mejores empleos, mejores condiciones laborales, entre otras cosas más. Nada de eso ha pasado, ni pasará… ¿y ahora qué se viene? Piñera y el Ministro del Trabajo, Nicolas Monckeberg, anuncian de manera temerosa que se viene la reforma laboral, a la que ellos mismos pusieron el nombre de “proyecto de modernización laboral”. Por ejemplo, uno de los ejes de esta reforma es modificar la jornada laboral y disminuir la indemnización por años de servicio. Si a usted le dijeran que le van a reducir su indemnización por años de servicio o que le cambian su jornada laboral ¿Estaría de acuerdo? ¿Dejaremos que Piñera y el parlamento nos ataquen fácilmente?

¿En qué consiste la reforma laboral de Piñera?…

Esta reforma laboral apuntará a distintos aspectos, además será dividida en varios proyectos de ley (ya explicaremos por qué) que ingresarían al Congreso en la tercera o cuarta semana de marzo. El primer punto será para “ordenar” (en beneficio de los empresarios) los puntos que Bachelet dejó de manera ambigua en su reforma laboral, particularmente las modificaciones que debilitan la huelga y a los sindicatos, como los servicios mínimos y los grupos negociadores. El segundo es la “adaptabilidad laboral” la cual será una modificación en la jornada laboral, donde en vez de reducir la jornada -como debiese ser-, el patrón tendrá un marco más amplio para decidir los turnos y días de trabajo sin derecho a que los trabajadores opinen. Actualmente, los límites de la jornada de trabajo son los siguientes: a) 45 horas semanales; b) Las 45 horas pueden ser distribuidas en 5 ó 6 días, y c) 10 horas diarias. Por ejemplo, con esta nueva ley podrán haber jornadas de trabajo más largas.

El tercer punto y más grave, será la reducción de la indemnización por años de servicio. Piñera reunió a una “mesa técnica”, con representantes de los empresarios y de la burocracia sindical (los dirigentes sindicales que tienen más relación con los empresarios que con los trabajadores) quienes lo asesoraron para ver el cómo implementar la reducción de la indemnización.

De esta reunión salieron propuestas entorno a que se deba reducir a 7 años e incluso a 3 años. Sin embargo, fue con la propuesta de levantar un sistema alternativo de indemnización donde hubo más simpatía. Desde el gobierno se aclara que este nuevo sistema de indemnización seria paralelo al actual y que por tanto no “eliminaría” a éste. Lo que se plantea es que se mantenga la indemnización con un tope de 11 años, pero que se pague la mitad de un sueldo por año, es decir, la mitad de la indemnización o, dicho de otro modo, una rebaja del 50%.

De esta reunión salieron propuestas entorno a que se deba reducir a 7 años e incluso a 3 años. Sin embargo, fue con la propuesta de levantar un sistema alternativo de indemnización donde hubo más simpatía. Desde el gobierno se aclara que este nuevo sistema de indemnización seria paralelo al actual y que por tanto no “eliminaría” a éste. Lo que se plantea es que se mantenga la indemnización con un tope de 11 años, pero que se pague la mitad de un sueldo por año, es decir, la mitad de la indemnización o, dicho de otro modo, una rebaja del 50%.

-Indemnización actual:

Con sueldo de 380.000 y 11 años (o más) de trabajo:

4.180.000

-Indemnización de Piñera:

Con sueldo de 380.000 y 11 años (o más) de trabajo:

2.090.000

*Según Fundación Sol, el 50% de los chilenos gana hasta 380.000

En resumen, con esta reforma laboral se retrocede.

Los titubeos del Gobierno para lanzar esta reforma

“Esa propuesta nos parece interesante y la estamos evaluando, y más que evaluar la propuesta, lo que estamos decidiendo es el momento oportuno en el cual lo ingresaríamos”. Así lo mencionaba Monckeberg en una entrevista a El Mercurio el pasado 15 de Febrero. Y es que según ellos la reforma está lista, pero al ver el evidente rechazo que habrá entre los trabajadores aún no la envían al parlamento. Por esta razón es que enviaran la reforma dividida en partes, para así evitar problemas en su aprobación. De esta manera, los puntos de la huelga legal-negociación colectiva y modificación jornada laboral serán tratados ahora en Marzo, mientras que la indemnización por año de servicio se hará durante el año.

El lobo con piel de oveja y la farsa de la “modernización laboral”

Como bien decíamos anteriormente, el Gobierno le puso a este proyecto el nombre de “modernización laboral”, contradictoriamente, tiene más de arcaico que de moderno. Los empresarios, sus defensores y los principales medios de comunicación afirman -de manera más que cuestionable- que los trabajadores se demoran alrededor de 6 meses para buscar trabajo, que “la indemnización es un freno para la movilidad laboral”, que “hay que flexibilizar la jornada de trabajo para el nuevo mercado laboral”. Y así una serie de palabras bonitas que lo único que buscan es tratar de confundir y convencer a los trabajadores para simplificar la tramitación de esta ley.

De este modo, le dicen moderno a algo arcaico: hacer aún peor la extensa jornada laboral, dejar a los trabajadores despedidos en la calle y sin indemnización alguna. En el fondo lo que quieren hacer, pero no se atreven a decir, es hacer que la gente trabaje más y en horarios incomodos, a facilitar los despidos por “necesidades de la empresa”, y a dar pasos gigantescos para la futura eliminación de los años de servicio.

Este parlamento no nos sirve y no podemos esperar nada de el

Primero hay que aclarar una cosa: esta reforma de Piñera es una continuación de la reforma laboral de Bachelet, ya que con esta se atacaron los derechos de los sindicatos y de las huelgas, lo que hace el actual gobierno es continuar la brecha que le dejo abierta la ex Nueva Mayoría. Por tanto, el Partido Comunista y el Partido Socialista son cómplices de los ataques hacia la clase trabajadora. Mientras tanto, a un año de la bancada del Frente Amplio en el parlamento vemos que a lo único que se han dedicado es a hacerle indicaciones (peticiones de modificación) a los proyectos de ley… ¿ahora cuando nos quieran rebajar los años de servicio harán nuevamente lo mismo?  Esperar a que el PC, el PS o el Frente Amplio detengan la reforma laboral de Piñera en el parlamento, es esperar a que los cerdos vuelen. Necesitamos frenar esta reforma, pero esta tarea no pasa por el parlamento, sino que por la organización de las y los trabajadores.

Rechacemos la reforma laboral

¡Hagamos como los chalecos amarillos en Francia! ¿Qué hicieron ellos? El gobierno de Macron quería llevar una derrota a los trabajadores con la reforma tributaria, ante eso los trabajadores franceses se organizaron y salieron cientos de miles a protestar a las calles por toda Francia, y con ese impulso han hecho retroceder al presidente. Los portuarios de Valparaíso también nos indican el camino, con su prolongada huelga, con sus métodos de lucha y organización y con el llamado a paralización de varios puertos a lo largo del país lograron presionar lo suficiente como para que el gobierno se siente a moderar su conflicto. Tenemos que tomar estos ejemplos, ya que nos muestran que hacer frente a los ataques patronales y de los gobiernos capitalistas, y de la efectividad de estos métodos de lucha.

La lucha contra la Reforma Laboral debe ser solo el primer paso

La Reforma Laboral es un paso más que los empresarios quieren dar para explotarnos. Ya no creen que son suficientes las largas jornadas laborales, bajos sueldos, los altos precios del transporte, de la salud, de la educación. No, ellos quieren ganar aún más.

Esto es así porque en el sistema capitalista la vida del trabajador no vale nada, para los empresarios somos un número más para producirles su riqueza. Pero nosotros estamos cansados de eso. Tenemos que organizarnos no solo para derrumbar la reforma laboral, sino para reconquistar muchos derechos que perdimos. Luchar para aumentar nuestros sueldos y que podamos trabajar menos para disfrutar de nuestras familias, luchar para disminuir las largas jornadas laborales que tenemos, para terminar con el subcontrato que nos precariza el trabajo, luchar junto con las mujeres contra la discriminación y el machismo. Todas estas luchas deben significar pasos en nuestra organización y fortalecimiento como clase trabajadora. Nuestra estrategia final tiene que ser una fuerte lucha para cambiar ese sistema que nos explota y oprime. Debemos sacar a los capitalistas del poder y construir un gobierno de la clase obrera y del pueblo, donde los trabajadores sean los que decidan sobre todo sin la necesidad de los políticos profesionales y de los grandes empresarios.

¡Rechacemos la reforma laboral!

¡Organizar la lucha para reconquistar nuestros derechos perdidos!

¡Ningún peso más para los empresarios y privilegiados!

¡Este gobierno y este parlamento no nos representan!

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