La represión policial y criminalización de las movilizaciones, ante la irrupción de masas en las jornadas de protestas, desde el 18 de octubre en Santiago en Plaza Italia, y las regiones en otras calles y avenidas, o plazas públicas, no solo se expresó en la cantidad 11.300 detenciones, tampoco las 25 mil medidas cautelares solicitadas por jueces y fiscales, sino se reflejó además, según el mismo Instituto Nacional de Derechos Humanos (INDH) en las más de 460 mutilaciones.

La situación de las mutilaciones, reflejó el carácter represivo de los efectivos policiales, al disparar con sus escopetas antidisturbios dejando a 460 mutilaciones registradas.

La represión policial de FFEE no solo evidenció la violencia de Estado, sino en la brutalidad de atacar a las movilizaciones masivas, que cuestionaban profundamente las desigualdades de la sociedad capitalista.

Las víctimas de traumas oculares no sólo denunciaron públicamente esta violencia policial, sino que impulsaron una campaña para que las mutilaciones realizadas por efectivos policiales no queden en la impunidad, bajo el lema de “Los Ojos de Chile”.

La represión con escopetas de efectivos policiales de G1-G2 y G3

125 disparos diarios era lo que efectuaban en las jornadas de protestas en Plaza Dignidad los efectivos policiales de G1-G2 y G3. Estos, son los códigos de los efectivos de policía que, para la fecha del 8 de noviembre en Plaza Dignidad, apretaron el gatillo de sus escopetas antidisturbios, llegando en ocasiones a más de 2000 tiros de disparos hacia las masas.

Según referencias, interferencia.cl, el Coronel Santiago Saldivia Parra que eran de los G1, efectivo policial de las 40º Comisaría de Fuerzas Especiales, para el 8 de noviembre perpetuó 125 disparos, superado por el G3 Claudio Crespo (quien fue dado de baja por manipular información de su cámara GO-Pro, efectivo policial que para el 2018 disparó a la cara a un manifestante desarmado a menos de 5 metros de distancia) quien realizó 170 tiros, dentro de los cuales podría haber disparado a los ojos del estudiante Psicología Gustavo Gatica.

La impunidad se muestra ahora en que quienes efectuaron esta cantidad de disparos a las masas en protesta, vale decir ejerciendo la violencia de Estado, fueron premiados por el general Mario Rozas director general de Carabineros al trasladarlos a Saldivia, al departamento recreacional y gastronómico de la dirección de Bienestar de la institucionalidad de Carabineros de Chile.

Juicio y castigo para los responsables

Es una tarea democrática lograr la reparación de todas las víctimas de la represión en las jornadas de protestas, como el juicio y castigo de todos los casos de tortura, violencia sexual, golpizas policiales y asesinatos de carabineros y militares contra manifestantes, como también terminar con la impunidad, donde efectivos policiales que dejaron ciego y con daños oculares irreparables como a Gustavo Gatica y Fabiola Campillai, sean sancionados penalmente, y no suceda que los represores sean trasladados a otros departamentos para resguardar la institucionalidad represiva de Chile.

La movilizaciones en las calles son el único factor para enfrentar a la represión policial, no solo fortaleciendo nuestra autodefensa frente a la brutalidad policial, sino que haciendo de la irrupción en las calles una fuerza imparable que permita lograr las reivindicaciones de los pobres y la clase trabajadora, que signifique no solo conquistar un derecho mínimo (nueva constitución política, o salud, educación o transporte público y gratuito), sino conquistar la dignidad de las necesidades de grandes las mayorías, recuperando todo lo saqueado y apropiado de clases capitalistas como los Luksic, Horst Paulmann del Holding CENCOSUD, Álvaro Saieh Bendeck , Piñera, Angelini , Yarur, Matte, entre otros.

Referencias

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