La pandemia ha venido a demostrar la decadencia del sistema capitalista, cuyos gobiernos se manifiestan con negligencia cuando se trata de la salud y de la vida de los trabajadores, en particular de quienes son menos productivos para ellos: los ancianos. Ha dejado nuevamente al desnudo que la salud es un negocio para los empresarios, así como la poca inversión en ciencia y tecnología muestra sus consecuencias. En el mundo lleva alrededor de 170 mil casos de contagio y ya más de 6 mil muertos.
El nuevo coronavirus (COVID-19) entró a un Chile revolucionado contra los más de 30 años de salud y pensiones de miseria, contra los más de 30 años de corrupción, un Chile revolucionado que incluso obligó a los de arriba a proponer un plebiscito y Proceso Constituyente que hoy se ve postergado por la pandemia. En ese marco, la entrada del COVID-19 solo pone nuevamente en evidencia la crisis del oasis capitalista.
La salud pública en Chile, contrario de lo que dice el Ministro Mañalich, es una de las peores: Las listas de espera en hospital han dejado a miles de muertos, a finales del año 2019 aún quedaban más de 100 pacientes en lista de espera que atender que venían del año 2017; la falta de medicamentos, personal e insumos agudizaba la situación; la falta de camas implicó que muchos se han tenido que hospitalizar en sillas o en el suelo; hasta 12 horas de espera tenían que aguantar pacientes en hospitales de San Bernardo por falta de personal; en 2019 hubo quimioterapias suspendidas en Valparaíso por tal situación de crisis; hay falta de capacitación al personal; en ese marco, hubo un presupuesto para el 2020 cuyo aumento de 5.7% fue el menor de los últimos cinco años.
Por eso no es raro escuchar canciones o ver carteles con la frase “hoy me muero en baquedano (primera línea de plaza dignidad) o en una lista de espera”. La revolución chilena vino a querer acabar con toda esa miseria que nos imponen los ricos, y que hoy se evidencia en la alza de precios de las farmacias (ya conocidas por la colusión de precios) y otros especuladores frente a la pandemia: mascarillas que cada una puede costar 20 pesos por la CENABAST, las venden desde 400 pesos hasta mil pesos cada una (o mucho más), en los packs de cajas de 50 unidades. El gobierno se limita a hacer un llamado a las cadenas, a intentar intervenir, pero el “libre” mercado solo da libertad para los dueños de las cadenas farmacéuticas. Por eso, es totalmente legítimo si las familias frente al robo de las grandes cadenas, salen a recuperar suministros básicos para asegurar su salud y vida.
A ese Chile entra el COVID-19, ya nuestro país lidera la lista de los países de América del Sur en propagación de la virus por habitante, en segundo lugar, pero muy por debajo, se ubica Perú. Ya estamos en la Fase 4 y como guinda a la torta, hoy advierten que es posible llegar a abril de este año con más de 40 mil casos de contagiados en el país.
Una crisis sanitaria que acelera una crisis económica
Así, la entrada del COVID-19 (si no hay un cambio drástico con respecto a la privatización de la salud) solo puede profundizar la crisis de la salud pública.
Pero como siempre, lo que más les genera alarma a la burguesía, es la caída de sus acciones, cómo impacta esta pandemia (debido a la incertidumbre sobre si habrá consumo o no) en sus números de crecimiento. Ante esto hay que aclarar que no es que estén teniendo pérdidas, sino que sus ganancias son menores. Las pérdidas como siempre, irían a los trabajadores. Por eso, a los trabajadores nos interesa cómo se desarrollan las cifras de los empresarios, en el sentido de prepararnos por si estas cifras, generan que ellos nos hagan más ataques a nuestros derechos.
Así, fue impactante ver cómo cayeron las bolsas del mundo, en China debido al COVID-19 la producción se redujo, cayendo un 13.5%, una cifra que no se veía hace unos 30 años. Chile es muy dependiente de China, en particular por la exportación del cobre, así que esa realidad golpeó. Por otra parte, las bolsas chilenas, cuantificadas en el IPSA (Índice de Precios Selectivo de Acciones), cayeron un 14,11% encabezada por la caída de Latam (debido a la evidente disminución de vuelos), la segunda mayor baja de la historia luego del plebiscito de 1988, cuando se desplomó 16,67%. Por otra parte, los fondos de las AFPs tuvieron una caída de un 7%, afectando como siempre a los trabajadores, dejándonos con peores pensiones.
Estas cifras y su alarmismo por tener un lucro menos jugoso (porque los grandes grupos, lucro siempre tienen), es lo que fortalece a impulsarlos para obligar a los trabajadores a que “vayan a trabajar” pese a que pongamos en riesgo nuestra salud, ésto mientras los altos ejecutivos o sectores administrativos se quedan en sus casas cumpliendo las labores necesarias.
Esta situación, ha llevado a que economistas digan que en Chile se asegura que venga una recesión económica. Antes del 18 de Octubre veníamos con un crecimiento de los ricos de un 3%, luego del 18Oct llegó a un 1.3% (o caso 0% para los más estrictos), y ahora con el impacto de la pandemia podrían verse números rojos, es decir recesión. Sería una economía que se enfrenta a una crisis en peores condiciones que la economía que enfrentó la crisis del 2008, debido a 4 factores principalmente:
- Chile ha elevado su endeudamiento, ya que para garantizar las pocas medidas que han dado frente a la revolución han endeudado al Estado en lugar de tocar las ganancias de los empresarios. Así, si en el 2008 la deuda pública llegaba a un 4.9% del PIB, hoy se acerca al 30% del PIB.
- Hay un déficit fiscal de un 2.8% del PIB este año, mientras que frente a la crisis del 2008 había un superávit fiscal de un 3.9% del PIB.
- Los fondos soberanos (platas del Estado ahorradas) son menores: en el 2008 el ahorro llegaba a US$20.216 millones y ahora son US$ 12.352 millones.
- Hay poco espacio del Banco Central para bajar la tasa de interés con el objetivo de estimular la economía: en 2008 la pudo reducir de 8.25% a 0.5%, hoy el COVID-19 entró con una tasa de interés de 1.75% y que ya ha sido reducida a un 1%.
Es así, que la crisis sanitaria que trae el nuevo coronavirus, entra como un ingrediente que hace una combinación más explosiva frente a la situación chilena. Ya existía una crisis política desatada el 18Oct, luego la crisis sanitaria acelera la crisis económica, y a su vez la crisis económica puede signifcar que la burguesía de menos espacio (ante sus números rojos) para entregar concesiones con el fin de apalear la crisis sanitaria, profundizando con ello una crisis social, una crisis política y generando un círculo vicioso que demuestra la decadencia del capitalismo e incapacidad para responder a los problemas más mínimos y de humanidad de la clase trabajadora.
Claramente, en Chile ya vivimos una revolución, puede que la pandemia y la necesidad de cuarentena nos haga quedarnos en casa por resguardo a la salud, y en un primer momento no hayan grandes manifestaciones, pero si las contradicciones se siguen acumulando, puede haber un 18 de Octubre y quizás más agudo en mediano plazo.
Nuevo Coronavirus (COVID-19) : un riesgo real que no podemos menospreciar
Hay sectores que dicen que el COVID-19 es una conspiración de los ricos para frenar las revoluciones, y por ello tienen una actitud irresponsable frente a la pandemia. Es evidente que la burguesía lo va a utilizar a sus fines, pero hoy incluso agudiza su crisis. El COVID-19 es real, y más allá de que la burguesía lo use, hoy está matando a gente, en particular a los sectores más empobrecidos y con menos acceso a la salud. En ese sentido la primera denuncia que debemos hacer a la burguesía y sus gobiernos es la negligencia con la que han tomado esta crisis sanitaria, ciertamente porque les importa más sus ganancias que la vida de los de abajo. Por eso, debemos plantearnos seriamente frente al tema y proponer una salida revolucionaria y que se apoye en la ciencia y medicina.
Una salida desde la clase trabajadora para enfrentar la pandemia
Mientras los ricos disfrutan de su cuarentena con todas sus comodidades, la clase trabajadora y el pueblo pobre termina siendo víctima de un precario sistema de salud, de continuar trabajando en las fábricas pese a las altas probabilidades de contagio, o peor viviendo en condiciones de calle. Exijamos un Plan de emergencia contra el «Coronavirus» frente la ineptitud de Mañalich y del gobierno empresarial de Piñera. ¡Nuestras vidas y nuestra salud está por sobre sus ganancias!
📌 Test de detección temprana del virus, gratuito y masivo
-La prevención es la principal medida para seguir evitando la propagación, este fue uno de los aciertos de Corea del Sur y uno de los principales errores de China: hasta el aislamiento forzado de Wuhan, el 86% de todas las infecciones no estaban siendo detectadas, al 23 de enero solo había 801 casos documentados, mientras el total de infectados debió ser de 13.118.
Para esto deben ponerse test gratuitos a disposición de la población tanto los hospitales como en especial las clínicas, para evitar más saturación del sistema público de salud. Hoy Piñera limita el test y lo hace gratuito solo en el colapsado sistema público de Fonasa, el resto puede llegar a costar entre 20 mil a 50 mil pesos.
📌 Distribución gratuita de jabón, Alcohol Gel, mascarillas e insumos de primera necesidad
📌 Libertad inmediata a los presos por luchar
– Las cárceles son uno de los sectores que están más hacinados, liberar a nuestros compañeros es urgente. En Brasil ya hubo fuga de unos 1.350 presos este lunes, eran de varias cárceles y se fugaron tras realizar una serie de protestas por las limitaciones impuestas por las autoridades sobre las visitas y los permisos de salida para intentar contener la propagación del nuevo coronavirus. Hoy el coronavirus bajo un gobierno de empresarios, solo deja más desprotegidos a nuestros compañeros encarcelados por luchar, más grave cuando a la gran mayoría de ellos se les encarcela sin tener pruebas consistentes de las acusaciones.
📌 Aumento inmediato de pensiones para pensionados
– Al ser población de riesgo, van a ver sus gastos en aumento, hoy los ancianos son doblemente golpeados: por el coronavirus y las pensiones de miseria que los impulsan a estar en la miseria. Se debe aumentar inmediatamente a 500 mil pesos mínimos las pensiones, mediante la expropiación de los fondos que se roban las AFPs.
📌 Fortalecer la salud pública acabando con la salud privada: Por un sistema único de salud estatal bajo control de trabajadores
– Que las millonarias subvenciones que reciben las clínicas privadas sean utilizadas para los hospitales de la clase trabajadora. Solo en el 2019, el Estado entregó más de $550 mil millones en prestaciones a la salud privada. Acabemos con el negocio de las clínicas privadas, sacando a sus dueños y estatizándolas bajo control de trabajadores para dejar con sus instalaciones y todo el servicio del conjunto de la población. Por una salud pública que avance en tecnología, ciencia y desarrollo para garantizar el cuidado de la población.
Las ganancias de las Isapres han sido de las pocas que siempre van al alza, debemos expropiar esos fondos y ponerlos al servicio de un fondo único de salud para los chilenos.
📌 Cuarentena garantizada a través de infraestructura de hoteles u otros
– En particular para las personas que viven en situación de calle o hacinadas que no tengan condiciones para mantenerse aisladas de sus pares. Se les debe entregar el material necesario para cuidados y alimentación.
📌 Retornar a los precios originales de los productos y servicios básicos. Congelamiento de precios
– No podemos permitir el abuso enorme que exista una sobreinflación de precios en los artículos de desinfección, aseo y en la comida.
📌 Estatización, bajo control de las y los trabajadores de las farmacias u otras empresas que especulen y aumenten los precios
– Cárcel para sus dueños y altos ejecutivos responsables de la especulación frente a la crisis sanitaria.
📌 Especial cuidado y garantías para trabajadoras domésticas, jardineros y trabajadores del aseo
– Muchas trabajadoras domésticas deben seguir yendo a cumplir sus labores al barrio alto, en donde más se concentran los casos de COVID-19, lo mismo con jardineros, y se ven enfrentados a la represión de sus patrones teniendo que exponer su salud y familias. Los trabajadores de la basura y del aseo también están mucho más expuestos que el resto de la población. Por el derecho a cuarentena total de las trabajadoras domésticas y jardineros, garantizando el pago total de su sueldo. Solo en caso de ser urgente, debido a que son servicios de emergencia, mantener trabajadores del aseo y basura, pero con la mayor protección garantizada por el Estado: mascarilla, alcohol gel, tests preventivos gratuitos, etc.
📌 Contratación masiva de más personal de salud y apoyo para enfrentar la crisis
-Que esto vaya acompañado de la capacitación necesaria y de turnos que eviten sobreexplotar a los trabajadores de la salud. Equipamiento de seguridad para ellos también. Que se contrate a todos los trabajadores de la salud que están desocupados o sub contratados incluidos estudiantes de medicina, enfermería, tens, etc. Esto debe ser con sueldos acordes al riesgo, es decir con aumento de sueldos especialmente para tens y cargos más bajos.
📌 Prohibición de cortar suministros básicos.
– Las empresas no pueden cortar el luz o agua por falta de pago frente a la crisis sanitaria. El problema de suministros básicos frente a zonas como Petorca desnudan la crisis del capitalismo que lleva a crisis hídrica. ¡Todas las comunidades y en especial comunidades como Petorca deben ser provistas de suministros básicos!
📌 Condonación de deudas de los trabajadores con la banca y el retail
– Detención inmediata del cobro de los préstamos personales con los bancos públicos y privados, así como de los almacenes de electrodomésticos, casas de empeño y tarjetas de crédito.
📌 La crisis sanitaria no se soluciona con más represión
– Piñera anunció que aplicarán rigor para quienes no cumplan las medidas de cuarentena con una hipocresía brutal mientras obliga a los trabajadores a estar en el metro a diario. Por su parte, el Ministro Lucas Palacios, dijo que para poder fijar los precios del mercado frente a la especulación, se necesitaría un Estado de Excepción. El gobierno usa esta crisis para fortalecer la represión, pero debemos dejar claro que no aceptaremos que vuelvan a salir los militares a las calles.
📌 Vacunación gratuita y urgente a la población de riesgo a sus domicilios
No podemos exponer a los ancianos y a la población de riesgo a que sigan yendo a hospitales con filas eternas a exponerse por las vacunas, algunas municipalidades están teniendo política de ir a los domicilios a vacunar, esto debe ser una medida nacional.
📌 Total transparencia sobre la propagación del virus
– Por comisiones independientes integradas por profesionales idóneos y miembros de las organizaciones de trabajadores, que controlen toda la información que maneje el estado sin ningún tipo de censura.
📌 Ningún despido ni disminución de los derechos de las y los trabajadores
– Subus de Transantiago ya despidió a 28 choferes por negarse a trabajar en condiciones de insalubridad, no podemos permitir esto, hay que seguir el ejemplo del resto de trabajadores que se fueron a paro indefinido. Las y los trabajadores NO somos carnes de cañón de los empresarios. Subvención para la población cesante. No dejemos que sus números rojos ataquen más nuestra vida.
📌 Si las empresas amenazan con quebrar o cerrar deben ser estatizadas y puestas bajo control de las y los trabajadores
– Somos quienes producimos las riquezas del país, somos los únicos capaces de administrar democráticamente la producción y detener la crisis del capitalismo.
📌 No pagar la deuda pública para garantizar presupuesto
– La deuda chilena llega al 30% del PIB, creemos que se debe dejar de pagar ese dinero y destinarlo para la salud y vida de las personas.
📌 Expropiación del patrimonio de las 8 familias más ricas para garantizar recursos para esta crisis sanitaria
– El gobierno dispuso de un fondo de 220 mil millones de pesos, o sea alrededor de 259 millones de dólares para financiar la crisis sanitaria. Eso, mientras el patrimonio de las 8 familias más ricas (Luksic, Angelini, Matte, Piñera y otros) rodea los 35 mil millones de dólares, es decir 135 veces el presupuesto para esta crisis sanitaria. Ese patrimonio de las familias (que se centran en minería, forestales, pesca y mercado financiero) es a grandes rasgos sin considerar el lucro de las isapres y las clínicas privadas.
– Debemos poner a disposición de la salud y la vida de la clase trabajadora lo que por más de 30 años nos han robado las familias más ricas de este país.
📌 Nacionalización de la banca bajo control de trabajadores
– Si se avecina la crisis económica, lo que suelen hacer los gobiernos es inyectar cuantiosas sumas de dineros para salvar a bancos inescrupulosos, todo a costa de reducir derechos al pueblo trabajador. Por eso es necesario expropiar la banca privada, por un Banco estatal Nacional que pueda planificar al conjunto de la economía para que sea al servicio de trabajadores y no empresarios inescrupulosos.
📌 Libertad de organización para los trabajadores, en especial de la salud que enfrentan esta crisis.
– Hacemos un llamado a rodear de solidaridad a los trabajadores de la salud, a que se les dé derecho a organizarse en conjunto a la comunidad y trabajadores en general, ya que no confiamos en las medidas de gobiernos y altos mandos, ellos están poniendo sus ganancias por sobre nuestra vida. Por eso necesitamos avanzar en organizaciones independientes, que la clase trabajadora escuche a la voz de los trabajadores de la salud y científicos, en el sentido de profundizar un Plan que realmente se proponga medidas para frenar esta pandemia. Para esa organización podemos ver distintas formas de autocuidado, evitando exposiciones innecesarias.
📌 Huelga General hasta parar la pandemia
– Si el gobierno llama a que no haya aglomeraciones, es una hipocresía que nos obligue a ir en metro a trabajar, o en las fábricas hacer que se concentren miles de trabajadores para la producción. Llamaron a la suspensión del comercio ambulante de las calles, mientras las grandes casas comerciales como supermercados o malls siguen operando con total normalidad.
Por eso, parte central de enfrentar el problema es crear (en los lugares que nos fuercen a exponernos por el trabajo) comisiones de trabajadores frente a la crisis, con el objetivo de ver medidas de emergencia, dentro de ellas dejar de ir a trabajar para resguardar nuestra salud y paralizar la producción mediante Huelga General para garantizar la cuarentena. Debemos seguir el ejemplo de los trabajadores de Italia. Esta huelga debe ser con excepción de las pocas fábricas esenciales para la producción de maquinaria hospitalaria, máscaras, productos farmacéuticos y de las empresas que producen alimentos de primera necesidad.
La CUT vergonzosamente solo se ha limitado a proponer una comisión tripartita entre empresarios, gobierno y trabajadores, sin ninguna política de emergencia real.
La cuarentena combinada con la Huelga para no ir a trabajar no significa quitar el estado de movilización y alerta, muchas familias han hecho caceroleros desde sus casas, hay formas alternativas de organizarnos (manteniendo todas las medidas de autocuidado, higiene y evitar exposiciones innecesarias) para enfrentar la crisis, pues estos gobiernos no van a responder a nuestra salud.
Sacar a Mañalich y a Piñera para detener el COVID-19
Nadie confía en este Gobierno del 6%, menos en un ministro que el año pasado tildó de ignorantes a quienes pedían más presupuesto para la ley del cáncer, y luego dijo que tenemos el mejor sistema de salud del mundo frente a la crisis del mismo. Ninguno de los dos van a llevar a cabo todas las medidas anteriores que son necesarias para poner la salud de los trabajadores sobre las ganancias de los empresarios, al contrario han actuado con total negligencia, y si llegamos a la Fase 4 es por principal responsabilidad de ellos -y otros gobiernos del mundo-. ¡Por eso sigue más vigente que nunca la necesidad de que salgan Mañalich y Piñera!
Socialismo o barbarie
El COVID-19 surge como un mal incontrolable debido a una economía capitalista desordenada, que no prioriza una planificación que se centre en necesidades de la humanidad como la salud y la ciencia, sino que prioriza un desorden en el cual manda: producir lo que más lucro trae al patrón. Ese funcionamiento capitalista trae males en el medioambiente con la crisis por el aceleramiento del cambio climático, y ahora lo vemos en la salud con esta pandemia. Eso cae en Chile, una economía dependiente, que por el lucro de los empresarios de países imperialistas ponen a nuestro pueblo trabajador en una situación de desprotección mayor, y que ahora se enfrenta en una recesión de los ricos que harán que los trabajadores paguemos. Así, si esto no se controla podemos ser peor que la Italia donde el 6,21% de los infectados murió. Ningún gobierno empresarial, ni Piñera ni las Bachelet, ni siquiera el Frente Amplio, podrá enfrentar todo eso ni llevar adelante las medidas necesarias para el Plan de Emergencia.
Por eso solo nos queda seguir con esta revolución para echar abajo los más de 30 años, para echar abajo a todos los gobiernos capitalistas y forjar el camino por una Asamblea Constituyente libre y soberana, que solo puede ser conquistada si es que los trabajadores se toman el poder, mediante un Gobierno Obrero y popular que impulse una sociedad antagónica a la capitalista: una sociedad socialista.