PAZ IBARRA
La vida de los trabajadores se hace más difícil. El bajo sueldo no alcanza para las necesidades de la familia y entonces muchos hacen horas extras o doble jornada. La situación de las mujeres es peor, porque se les suma las tareas de la casa. Los días de descanso apenas sirven para reponer el sueño.
La propuesta de la diputada Vallejos, de disminuir la jornada a 40 hrs. semanales es sin duda un avance por mejorar las condiciones precarias en que miles de trabajadores se desempeñan en nuestro país, y lucharemos por ella. Pero debemos decir que en el actual marco es apenas una vuelta en el gastado tango que hace décadas venimos bailando por seguir el ritmo impuesto por las principales centrales sindicales, la patronal y los parlamentarios. Hace más de un siglo, nuestros abuelos, por el camino de la lucha clasista y revolucionaria, conquistaron el derecho al descanso dominical, al receso de una hora y media para el almuerzo y a salas cunas. Ésos y otros derechos han sido arrebatados o reducidos al mínimo.
EL ABSURDO ARGUMENTO DE LA PRODUCTIVIDAD
En Chile, las empresas obtienen millonarias utilidades en todos los sectores de la economía. Esas ganancias provienen de la riqueza producida por los trabajadores. Las mediciones de productividad hechas por la OCDE (Organización de Cooperación y Desarrollo Económico) responden al objetivo de expandir al máximo la economía capitalista. Recomiendan acciones a los gobiernos para producir más; comparan la productividad de los países pero sin comparar las condiciones laborales en que se genera esa riqueza. Los trabajadores chilenos son los que más trabajan y menos ganan.
Desde el Parlamento se proponen medidas para “favorecer” a los trabajadores y al mismo tiempo se dice que se mejorará la productividad, es decir el lucro de los empresarios, por tanto, no es posible confiar en que esos parlamentarios van a proteger los derechos de los trabajadores.
LA AMENAZA DE LA CESANTÍA
Ya han surgido muchas advertencias sobre el impacto que una reducción a 40 hrs semanales tendría. Nos dicen que aumentará la cesantía y que muchas empresas tendrán que cerrar. Pero la verdad, es que en la economía capitalista siempre habrá cesantía. Ella es necesaria para mantener una gran masa de trabajadores cesantes como mecanismo de freno al alza de los salarios. El desempleo nacional es de 7,1%, lo que sólo en Santiago se traduce en más de 280 mil personas. Los economistas lo llaman la tasa “natural” de desempleo, y mientras se mantenga en una cifra de un dígito, dirán que la macroeconomía funciona bien. Pero el ministro Monckeberg hipócritamente culpa a los inmigrantes.
¿CUÁL ES EL CAMINO?
En el MIT no tenemos dudas. La organización, por las bases, de un plan de lucha por la reconquista de todos nuestros derechos. Vamos por las 40 hrs, la sala cuna universal con cargo al empleador y el fin al Código Laboral que nos divide. Pero sabemos que esas luchas llevarán a conquistas parciales, mientras no cambiemos nuestra realidad de raíz y
pongamos fin al capitalismo y todas las instituciones que nos amarran, empezando por el Parlamento. Las luchas por nuestros derechos son el camino que prepara nuestras fuerzas hacia la única salida posible para los trabajadores: la Revolución Socialista.
Exijamos a nuestros dirigentes convocar asambleas en nuestros sindicatos, coordinadoras territoriales, clubes y juntas de vecinos para informarnos y discutir sobre la reducción de la jornada laboral. Una hora de trabajo menos al día, en la vida del trabajador, ni siquiera significa que va a poder estar más tiempo con su familia, o que tendrá tiempo para organizarse. Sólo estará un poco menos cansado. Seguirá siendo explotado igual. Pero esa demanda nos ayuda si unimos nuestra clase, chilena o inmigrante, con un petitorio de todas y todos los trabajadores. Discutamos un plan de movilización, con jornadas de agitación y de protesta, en el camino de una gran Huelga Nacional para frenar los ataques a nuestra clase, contra la flexibilización laboral y la disminución de indemnización por años de trabajo
● ¡Jornada de 40hrs sin despidos ni disminución de salarios, ya!
● Control obrero de cada empresa que se cierre
● Salario mínimo de 500 mil pesos
¡A LUCHAR POR NUESTRAS DEMANDAS!
¡NINGUNA CONFIANZA EN EL PARLAMENTO!