Hemos visto el revuelo causado por el Proyecto de Ley de Aborto en 3 causales: distintas opiniones vertidas durante el proceso de tramitación de la Ley. Pero ¿Qué es lo que ocurre realmente con el Proyecto de Ley?
por Cata Carvallo
El Proyecto de Ley y sus limitaciones
La despenalización del aborto en las tres causales representa un mínimo avance en el tema, para un país en el cual se encuentra penalizado en su totalidad. Sin embargo, sabemos también que este tipo de aborto corresponde aproximadamente al 3% de los abortos realizados en Chile, por lo tanto es una medida aún insuficiente. Entonces, ¿qué hay de los demás abortos?
La realidad es que, con o sin ley, en Chile todos los días abortan mujeres: según diversos estudios, la cifra ronda entre 15 mil (sin considerar los clandestinos) o 100 mil anuales, la verdad es que sean 15 o 100 mil la realidad del aborto hoy existe por más que se prohíba y, es ahí donde debemos hacer hincapié, pues un problema de fondo es que no todas las mujeres abortan en las mismas condiciones. En lo que dura el circo de aprobación de una ley a medias, son miles las mujeres pobres y trabajadoras que se exponen a abortos mal realizados, en condiciones pésimas de salubridad, arriesgando vidas en ello. De hecho según un estudio del Ministerio de Salud en 2014, la tercera causa de muerte materna (con un 17%) corresponde por abortos clandestinos.
Ninguna confianza en este gobierno. Luchar por el derecho de decidir
Es por esto que no debemos confundirnos ni confiar en este Gobierno y su parlamento: a las mujeres pobres no nos toman en cuenta. Nuestras vidas no valen lo mismo que la de una mujer rica. Prueba de ello es que mientras unas pocas tienen acceso a abortos en clínicas privadas -que hacen un negociado con esto-, bajo el resguardo y toda la contención que el proceso pueda requerir, las mujeres pobres, las mujeres de la clase trabajadora no tenemos el mismo derecho. Procesos peligrosos, altos precios por pastillas que bien pueden ser falsas, clínicas clandestinas, y el ojo que nos juzga por encima de nuestras cabezas. Nuestra salud es puesta en juego por los “poderosos” y sus gobiernos, transando nuestro legítimo derecho a decidir a precio de nuestras vidas.
Esta ruleta que se nos impone desde nuestra infancia viene a marcar la línea divisoria entre el género femenino: Porque nosotras pobres y trabajadoras no tenemos la opción de decidir, partiendo desde la nula o escasa educación sexual que se nos imparte hasta los peligros a los que se nos expone.
Apostamos a que cada vez menos mujeres tengan que llegar a la última instancia de tener que hacerse un aborto -por eso exigimos Educación sexual en las escuelas y anticonceptivos-, pero eso no ocurre debido a la imposición de leyes que solo sirven a las mujeres ricas y al negocio de las clínicas privadas que cobran sumas escandalosas para hacer abortos encubiertos. Por eso, como existen los abortos por diversas causales, luchamos para que se legalice y las mujeres los puedan realizar en condiciones dignas, en ambientes seguros y, que resguarden su salud. Para esta tarea tendremos que luchar contra los Gobiernos de turno y sus parlamentarios, que cada vez priorizan más sus ganancias y su doble moral enquistada en la iglesia a costa de la vida de miles de mujeres trabajadoras y pobres.
No está demás recordar a cien años de la revolución rusa que fue en esta que se han han hecho – hasta ahora- los cambios más avanzados en cuanto a la liberación femenina ,más grandes inclusive que el país capitalista «más avanzado» en la actualidad ,esto incluía el derecho al aborto libre, voluntario y gratuito; sabiendo que la completa liberación de las mujeres solo sería posible bajo el socialismo.
Es por eso que exigimos:
¡Educación Sexual para decidir, anticonceptivos para no abortar y aborto legal ya en todas las causales para no morir
¡No más mujeres trabajadoras y pobres muertas por abortar! ¡Aborto Libre, Seguro y Gratuito! ¡YA!