El transporte público está en colapso; quienes debemos llegar al trabajo a las 8:00 am, y vivimos en Maipú o Puente Alto, o algún sector alejado del centro, nos demoramos entre 1 y 2 horas en poder llegar a trabajar. Nos tenemos que levantar cerca de las 5-6 de la mañana para enfrentarnos a un mar de gente. Partimos esperando en un paradero o andén repleto, nos cobran entre 640 y 740 pesos para subirnos a un tren o bus en los que con suerte podemos respirar. Un cobro que es un robo para el servicio. En el Metro, con audacia y bajo la ley de “sálvese quien pueda” alguien podrá alcanzar el primer o segundo tren, en el Transantiago obligados a apretarnos hasta más no poder para entrar, si no, obligados a esperar a otra micro. El trayecto de ida junto con los tacos y la preocupación de no llegar atrasados, no se diferencia de lo que se vive también a la vuelta. Esta situación nos pone a todos de mal humor, pero los culpables no somos los trabajadores que diariamente usamos el transporte, sino los empresarios que nos tratan como sardinas, para cobrarnos precio salmón y mejorar su lucro.
Así, si ganamos un sueldo de $276.000 usamos cerca del 15% del sueldo en transporte; eso sin sumar la luz, el agua, el gas, la televisión, el teléfono, el internet, las cotizaciones obligatorias.
LA CAMPAÑA DEL TERROR: EL DICOM DE EVASORES
Dicha situación también genera que la evasión aumente, y el gobierno en vez de aumentar el sueldo mínimo o disminuir los pasajes, genera una campaña del terror contra los evasores -acompañada también de una campaña contra los vendedores y músicos ambulantes- que tuvo como resultado el “DICOM de evasores”, un registro que impulsó el gobierno de la Nueva Mayoría para quienes no paguen las multas (que van desde los 60 a 76 mil pesos) aplicando sanciones como la retención en la devolución de impuestos, o la suspensión y retención de documentos como la licencia de conducir, el pase escolar, etc. ¿Las ganancias de quién están defendiendo?
PLATA DE LOS TRABAJADORES PARA EL LUCRO DE LAS EMPRESAS
Pero en el otro lado de la moneda, para los dueños de las empresas de buses este es el negocio perfecto, el Transantiago ha sufrido 16 alzas desde que inició, mientras que el Estado, con las platas de todos los trabajadores, también le da un dinero extra a las empresas, aparte del pasaje que ya nos cobran. El Estado en promedio paga, a las empresas privadas, cerca de $561 pesos por pasajero transportado y el subsidio que se le pagará al Transantiago hasta el año 2022 suma más de 16 mil millones de dólares desde el año 2007[1], es decir lo que costaría la educación gratuita total por 4 años, y todo esto impulsado por los distintos gobiernos.
El Metro por otra parte también cuenta como negocio redondo para los dueños de Metro S.A, dado que en un informe financiero del año 2016 muestra que el costo real del pasaje del metro es de $350 pesos, mientras que la empresa cobra $740 en horario punta ¡más que el doble de lo que realmente costaría!
¡CONGELAMIENTO YA DE LOS PASAJES! ¡ESTATIZACIÓN DEL TRANSPORTE PARA NO VIAJAR COMO SARDINAS!
Desde La Voz de los Trabajadores creemos que nos debemos organizar y luchar por un congelamiento en los precios del Transantiago y del Metro como también gratuidad completa para estudiantes y tercera edad, avanzando en una disminución progresiva de los precios.
Hoy, los altos precios en vez de mejorar la calidad del servicio llenan los bolsillos de los empresarios. Por eso, la verdadera mejora del transporte público, pasa por una lucha que tenga como objetivo la estatización del transporte bajo la administración y control de los trabajadores. Los empresarios han demostrado que administran para sus bolsillos, casos como SQM o la colusión del confort son claros ejemplos.
Los gobiernos dicen que no hay platas para pasajes más bajos, pero ya vimos el robo del transporte, eso sin considerar las platas que se llevan las multinacionales del cobre, ¡debemos impulsar la exigencia de la renacionalización del cobre para tener platas para costear nuestras necesidades!