Por Sol

A 9 años del horrible asesinato de Daniel Zamudio y a tan solo 4 años y medio del homicidio de Nicole Saavedra, nos siguen matando.

Durante los primeros meses del 2020, según una encuesta del MOVILH, el mayor incremento de la homofobia y la transfobia ha ocurrido en la propia familia o el barrio a raíz del mayor tiempo que las personas pasan en sus casas. Así es como el 27,5% declara conocer a alguien que lo está pasando mal en su casa producto de la discriminación, mientras que del total de personas que son discriminadas por sus familias o vecinos, el 38% reporta un incremento de los episodios homofóbicos o transfóbicos en sus hogares o barrios. El último informe difundido en marzo del 2021 reportó el aumento en un 14,7% los casos y denuncias por homofobia y transfobia en Chile en 2020, sumando 1.266 casos, es decir, “la cifra más alta conocida hasta ahora y que concentra el 22,9% del total de abusos ocurridos en 19 años”. Sumado a la pandemia del Coronavirus, la reclusión en la familia como unidad burguesa de producción, genera en la juventud pobre LGBTQIA+ otra pandemia de abuso intrafamiliar sistemático físico y psicológico, que se comanda por las ideas machistas y homofóbicas de la burguesía que se cuelan en la clase proletaria desde tiempos coloniales.

Además, es sabido que debido a la pandemia las condiciones dentro de los centros penitenciarios se encuentran en estado deplorable, esto aumenta aún más cuando se agrega como factor LGBTIfobia: desde el interior del Penal Alto Bonito se conoció de agresiones que sufren reos LGBTI del módulo 89. La denuncia dice que estos reclusos reciben golpes y ofensas verbales por parte de gendarmes y reos debido a su orientación sexual e identidad de género.

Creemos que la movilización es la mejor forma de conquistar nuestros derechos, por eso debemos seguir participando activamente de toda forma de organización, y rodear la revolución que empezó en el 2019 de nuestra fuerza maricona y disidente. Debemos gritar con más fuerza: ¡Libertad a lxs presxs políticxs!, por el derecho a la vivienda para priorizar las vidas de las mujeres, trans, travestis y LGBTQIA+, Por la autodeterminación del género incluidos les menores de edad y la inclusión de identidades no binarias.

En ese terreno necesitamos más recursos para la Educación Pública, para implementar una asignatura de Educación Sexual en valores de igualdad, formar al profesorado en las realidades del colectivo y bajar las ratios por aula para que el acoso escolar sea fácilmente identificable. No podemos permitir que la privada y los consejos municipales principalmente regentada por la Iglesia y sus prejuicios machistas y LGTBIfóbicos, cuente con recursos mientras desmantelan la Pública, la educación debe ser 100% pública y laica!.

Exigimos pleno empleo y lugares de trabajo sin discriminción, pero por sobre todo debemos luchar en conjunto con nuestras madres, primas y hermanas y amigos de nuestra clase, por una sociedad que no se aproveche de nuestras diferencias para mantener su sistema podrido y capitalista, y que lo TRANSforme a una sociedad socialista, es decir sin explotación ni opresión.  Para esto es necesario un instrumento de la clase trabajadora para combatir el machismo, la LGBTQIAfobia y todas las opresiones que solo se resolverán a medida que recuperemos lo que nos han saqueado por más de 500 años.

Contra el discurso LGTBIfóbico de la ultraderecha, las agresiones y la inacción de la izquierda institucional: ¡Unidad de clase y auto-organización!

¡A rodear la Constitucional de movilización, exigir la Soberanía de la Convención para renacionalizar el cobre y los demás recursos naturales para poder garantizar los derechos a las LGBTIs!

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