Por Pablo Valenzuela, Trabajador Subcontratado del Cobre
Para comenzar, quisiera dejar unas palabras en este primer número del boletín “La Voz del Minero”. Ya entre los años 1880 y 1930 se crearon gran cantidad de publicaciones de organizaciones de trabajadores. Periódicos que dedicaban sus páginas fundamentalmente a la educación y formación ideológica de la clase obrera, que veía postergado su desarrollo cultural y político debido a las condiciones de explotación. Ahí surge el nombre de Luis Emilio Recabarren, precursor de la prensa obrera, quien además cumple un rol fundamental en la organización del movimiento obrero.
La Voz del Minero nace en momentos históricos, con una Pandemia ya una crisis económica sin precedentes en la historia. Nace en momentos en que los dirigentes de las principales organizaciones de trabajadores, como la CUT, se desviven pidiendo al gobierno y los empresarios ser un poco más compasivos con los trabajadores y hacer “más humana” la crisis del capitalismo. Este boletín nace cuando los partidos políticos del régimen les cierran la puerta en la cara a los trabajadores para abrírselas de par en par a los acuerdos con empresarios y gobierno, con el fin de seguir haciendo pagar los costos de todo al pueblo trabajador.
Así es que sale a la luz este boletín, ya que entendemos que es vital que los mineros tengamos un medio que sirva para conectar nuestras demandas históricas con la necesidad de organizarnos y pensar en nuestras propias soluciones a la crisis que vivimos. Este es un medio que busca difundir nuestras opiniones como trabajadores, un boletín que sirva para que digamos lo que sentimos. Para que expresemos ideas, comentarios, vivencias desde nuestras propias experiencias y las condensemos con organización desde la base. Y así prepararnos para luchar, ahora y mañana, con el objetivo de conquistar nos solo las históricas demandas de nuestro sector, sino también las demandas políticas del conjunto de la clase trabajadora. Y esto, tanto en Chile como en el mundo. Con la finalidad de liberarnos de toda explotación, acabar con este sistema capitalista e instaurar un gobierno de trabajadores, para construir una sociedad sin patrones, sin opresión, una sociedad sin clases.
Les invitamos a ustedes compañeros mineros a escribir en este medio, a plantearnos las problemáticas y las necesidades de organización que se requieran. Utilicemos esta herramienta a nuestro favor y contra quienes nos impiden nuestro avance. Incluso también contra la burocracia sindical.
Retomamos la tarea de Luis Emilio Recabarren y su legado de prensa obrera. Pongámosla al servicio de los explotados del mundo.
El Primero de Mayo, la Pandemia, la crisis económica y los Trabajadores de la Minería
Hay tanto que escribir y tan poco espacio para ocupar, y expresar en pocas palabras el sentido profundo de lanzar este boletín – “La voz del Minero”- un Primero de mayo de 2020. Es que se juntan muchas cosas nuevas, distintas a esta misma fecha en años anteriores.
Primero, con una Revolución en curso desde el 18 de octubre. Segundo, con una Pandemia con resultados inciertos, que amenaza la salud y la vida principalmente de millones de trabajadores en el mundo. Tercero, con una economía que proyecta una depresión a escala de la de 1929. En ese marco es que nos encontramos los trabajadores de la minería. Golpeados, despedidos en gran número, enfrentados a la patronal, al gobierno y, más aún, a la burocracia sindical.
El Primero de Mayo es una fecha históricamente de lucha en todo el mundo. Hacia fines del siglo XIX, los trabajadores se enfocaban en batallar contra la ardua jornada laboral, que apenas dejaba tiempo para llegar a descansar un rato. Es que el trabajo se extendía de sol a sol y se hacía por miseras monedas. Por eso la demanda de las “tres ochos” que le llamaban, es decir, ocho horas de trabajo, ocho horas de descanso y ocho horas para la casa, ocio y/o recreación, fue vital para dinamizar y organizar a los trabajadores.
Al calor de esta fecha, que conmemora a los Mártires de Chicago -asesinados justamente por dar esa pelea -también recordamos que aún queda tanto por conquistar, ya que esas reivindicaciones de antaño, tienen mucha vigencia hoy. Tanto es así que, si observamos las condiciones laborales y de vida de la clase obrera en Chile y en muchas partes del mundo, daremos cuenta de que seguimos siendo explotados y oprimidos por el mismo capital. Con sus diferentes caras en pleno 2020. Por eso es importante que esta fecha nos permita recordar que nada se nos ha regalado, que cada derecho de la clase trabajadora ha sido arrebatado con lucha, y muchas de ellas nos han costado cárcel, represión, persecución y muerte.
Hoy, cuando el capitalismo se encuentra en plena crisis a nivel mundial, en diferentes partes del planeta el pueblo trabajador comenzaba a levantarse para cambiar las condiciones de vida. Y lo hacía luchando cara a cara contra los defensores y sustentadores de este sistema que nos carcome día tras día. En esos momentos, en que se generaban oleadas de huelgas y levantamientos en el mundo, de repente aparece la Pandemia que amenaza la vida principalmente de la clase trabajadora y los sectores más precarizados y pobres de la sociedad. En este marco, estamos observando la verdadera cara de los empresarios y el gobierno, queriendo salvarse solos y dejando caer sobre nuestros hombros todo el peso de esta crisis, con despidos, sin sueldo, sin salud garantizada para las mayorías y con amenazas de recesión económica mundial a la vuelta de la esquina. Ante este escenario nos preguntamos… ¿Qué hacer?
La importancia de quienes dirigen nuestros sindicatos en tiempos de catástrofe
Decíamos que el gobierno y los empresarios están haciendo su juego histórico, el mismo de todos los tiempos. Pero nos preguntamos, ¿y los organismos sindicales como la CUT, o en la minería la CTC, la FTC, la Confemin, la Federación Minera y muchos sindicatos? ¿Cuál ha sido la respuesta que han dado sus direcciones burocráticas para enfrentar este momento? Lamentablemente, no ha sido otro que entregar a los trabajadores a la patronal sin mover un dedo que no sea el dialogo con empresarios y gobierno.
Ha primado la estrategia de conciliación de clases, esa que tanto daño le ha hecho al conjunto de los trabajadores y que al final de todos estos acuerdos entre cuatro paredes, se transforman en las políticas nefastas que nos dejan sin trabajo, sin derechos, sin organización para luchar y muchas veces se transforman en las balas que nos matan.
En el caso de los trabajadores subcontratados del cobre, por ejemplo, desde el 2013 que no se renueva y mejora el Acuerdo Marco, conquistado con 37 días de lucha directa y combativa aquel invierno del año 2007. Y todo lo que ha sucedido en adelante han sido derrotas que las direcciones han propiciado. Incluso tenemos el dramático casi de un compañero acribillado por las balas asesinas de carabineros como lo fue Nelson Quichillao en la división El Salvador.
Estos dirigentes burocráticos, que se acomodan y disfrutan de esta legalidad, han sido quienes han subordinado las reivindicaciones, las necesidades de organización y de lucha de los mineros a un código laboral proveniente de la dictadura. Un código laboral tan ilegítimo como la Constitución de Pinochet.
Nos preguntamos entonces. ¿Acaso la CUT olvidó lo que planteaba la FOCH (Federación Obrera de Chile) o la CUT del año 1953? Esas organizaciones planteaban incluso el fin de la explotación y la superación del capitalismo y la construcción del socialismo. Estos eran organismos, con limites por supuesto, pero que planteaban una salida obrera mas allá de la coyuntura. Se declaraban de conjunto contra este sistema explotador. Somos claros, no estamos contra la CUT, estamos contra la política de los y las dirigentes de la CUT y de todos los organismos sindicales que se subordinan a los intereses de la patronal. Es que con ello dejan a los trabajadores a la deriva.
Pues bien, los mineros históricamente hemos dado muestras de ser una fuerza demoledora cuando de luchar se trata. Esto lo decimos para abordar lo que algunas organizaciones políticas e individualidades varias han querido plantear con absoluto desconocimiento de la sensibilidad, actitud y moral de los mineros. Ellos han dicho que los mineros no luchan, que tienen miedo, o que no han participado de la revolución chilena que se abrió el 18 de octubre. Si conociesen la realidad de los trabajadores de la minería. Pero la verdad es otra. La mayoría de los mineros hemos participado activamente de la lucha de clases en las calles, en nuestros barrios, ciudades y pueblos, de distintas maneras, desde tocar la cacerola, hasta ser primera línea.
La discusión es otra. La pregunta es porqué los trabajadores de la minería en su conjunto, organizados en los lugares de trabajo, con sus sindicatos y organismos mayores, no ha dado una respuesta concreta, potente, frente a la crisis. Es acá donde entran al ruedo los dirigentes, la burocracia sindical que no hace asambleas, que no convoca a nada, que no llama a las bases a salir a luchar, sino que les atemoriza con despidos, quitas de derechos, etc. Esto sucede porque estas direcciones, que en gran parte pertenecen a partidos políticos de la ex Nueva Mayoría y del Frente Amplio, ni siquiera trabajan, no están en faena. Y si lo están, es para hacer casi de asistentes sociales de las empresas y no genuinos representantes de la clase obrera, lo que debiese ser su rol.
Entonces, en este Primero de Mayo el llamado a los mineros es a organizarnos en nuestros sindicatos, federaciones y confederaciones. Hagamos asambleas, discutamos la crisis y sus salidas. Y si las direcciones nos cierran el camino, entonces ha llegado la hora de pasar por encima de ellas y recuperar los sindicatos, federaciones, confederaciones y centrales para las bases, para la clase.
Hagámoslas funcionar en pos de las demandas históricas de nuestro sector, como son la negociación por rama, para conquistar un acuerdo marco bajo nuestras condiciones, un tarifado nacional de la minería. Para poner fin al subcontrato, régimen en el cual se encuentra mas del 75% de la mano de obra minera hoy. Y retomar la demanda por la renacionalización del cobre, tomando en cuenta el sometimiento histórico de la minería chilena actual al capital imperialista. Además, esto debe ser bajo control obrero, a propósito del nefasto rol que juegan tanto el gobierno que designa al presidente ejecutivo de turno, quien lleva adelante la política oficial en el rubro y también el directorio corporativo, que incluso ha tenido por años a un personaje tan despreciable para los trabajadores como lo ha sido el militante del PS y ex presidente de la FTC, Raimundo Espinoza por años en ese puesto.
Hay que auto organizarnos en los lugares de trabajo ante esta crisis, organizar comités ante la Pandemia para discutir las salidas.
No podemos tampoco en este Primero de Mayo no plantearnos también una demanda central, como lo es el echar abajo el Código Laboral de José Piñera, para construir entre todos los lineamientos que la clase necesita para enmarcar las reivindicaciones reales de los trabajadores del país, y no las impuestas a sangre y fuego por la dictadura.
Por eso, ante la crisis de la Pandemia decimos… ¡Cuarentena general sin despidos y con sueldo integro!
En este Primero de Mayo llamamos a los mineros a luchar por la renacionalización del cobre y los recursos naturales, por la negociación ramal, por poner fin al código laboral de la dictadura, y por acabar con el subcontrato.
¡Adelante La Voz del Minero, que viva el Primero de Mayo!
¡¡¡Arriba los mineros y arriba la clase obrera internacional!!!