Por Secretariado Europeo de la LITCI, publicado originalmente en litci.org
El giro brusco en política exterior de Donald Trump, queda ejemplificado en la guerra de agresión de Rusia contra Ucrania donde ha pasado a cerrar filas con Putin para, mediante el más vil chantaje, forzar la capitulación del gobierno ucraniano y sellar un acuerdo colonial en el que Putin se quede con Crimea y el Donbass, además de los óblast de Jersón y Zaporiyia como impuso en la Constitución de Rusia y repartIrse las riquezas del país.
Además del saqueo a Ucrania, la actuación de Trump forma parte de su estrategia para intentar alejar a Rusia de China y para debilitar a la Unión Europea (UE) -el bloque de los imperialismos europeos- avasallándola y humillándola, promoviendo a la ultraderecha en su interior y enfrentando a los países miembros entre sí. De paso, intenta dar legitimidad a sus propias aspiraciones anexionistas en Panamá, Canadá y Groenlandia.
El chantaje de Trump forma parte asimismo de sus planes para concentrar sus fuerzas contra China en el Indopacífico. Su política en Ucrania va unida a la exigencia a los países europeos de la OTAN de que aumenten sustancialmente sus gastos militares, de manera que EEUU pueda retirar gradualmente en el tiempo, su presencia militar directa en Europa.
El acuerdo colonial de Trump-Putin deja al desnudo a gran parte de la izquierda europea
Este acuerdo es la mejor demostración de las falacias de la izquierda posestalinista, como la española Izquierda Unida, Rete dei comunisti (RdC) en Italia o el PRCF de Francia, que apoyaron la invasión de Ucrania por parte del régimen dictatorial y sanguinario de Putin, reproduciendo su vil argumento de desnazificar Ucrania y explicando que se trataba de un movimiento “antiimperialista” frente a EEUU y la OTAN. Con ello, lavaron la cara a Putin amigo y protector de la extrema derecha, y se alinearon con el imperialismo regional ruso y sus oligarcas, continuadores del anexionismo del zarismo y de Stalin. Negaron a Ucrania su derecho legítimo a defenderse de una agresión imperialista.
Su “teoría de los campos”, introducida por Stalin, según la cual había que estar en su campo, que era siempre el “progresista” (sin tener en cuenta los intereses de clase en conflicto), ha tenido continuidad entre los (post)estalinistas durante muchos decenios. En esta teoría se han apoyado de nuevo, argumentando que el campo de Putin era el campo “antiimperialista” y “progresista”. Ahora, con su anunciado apoyo al plan de Trump-Putin, se han puesto del lado del imperialismo norteamericano y se han quedado sin el argumento “antiimperialista”, dejando al desnudo su miseria moral y política.
Este acuerdo también deja retratadas a fuerzas de la izquierda neoreformista, como Podemos, Rifondazione Comunista (Italia) o FI(Francia) que, en nombre de un pacifismo vacío, eliminaron de la escena la heroica lucha de liberación nacional ucraniana. Convirtieron la guerra en un mero conflicto entre potencias, llenándose la boca de declaraciones abstractas de paz y cooperación entre los pueblos y oponiéndose a la entrega de armas a Ucrania, favoreciendo con ello a Putin. Ahora compran el discurso cínico y repugnante de Trump, que pretende aparecer como el gran pacificador. De nuevo, vuelven a traicionar el derecho de Ucrania a defender su soberanía e integridad territorial.
En ese apoyo oculto a Putin hay que nombrar también a parte de la llamada extrema izda. Lutte Ouvrière ve a Ucrania como el brazo armado de la UE y ha llegado a escribir que hubiera sido mejor que Putin tomará Kiev al principio para que la guerra costará menos muertos. La corriente de Alan Woods (ex Imt, ahora ICR) caracteriza la guerra actual como guerra imperialista, para terminar defendiendo la agresión de Rusia como un mal menor y la Fracción Trotskista borra al pueblo ucraniano negando su derecho a defenderse y aunque no defienda la invasión de Putin, considera esta como un conflicto proxy con la OTAN.
Frente al campismo y a todos los amigos confesos e inconfesos de Putin, nuestro apoyo y solidaridad con Ucrania frente a esta guerra de liberación nacional en contra de la invasión y saqueo rusos, siempre se llevó a cabo denunciando el cinismo interesado de EEUU y de Europa y sin otorgar la menor confianza a Zelensky. Nuestra solidaridad internacionalista con Ucrania se basa en una oposición de principios a todos los bloques imperialistas y en el apoyo activo a las luchas de liberación nacional y, en ese terreno, luchar para construir un campo independiente de la clase trabajadora que combata por un programa revolucionario socialista.
El plan de rearme de la UE
La UE, después que Trump la ha despreciado y humillado, justifica ahora su mayor rearme en décadas, en nombre de “defender Europa frente a Rusia”, “independizarse de EEUU” y seguir con el “apoyo a Ucrania”. También hablan de la “defensa de la libertad y de la paz”. Todos ellos son argumentos mentirosos, como trataremos de demostrar. Además, este plan refleja un intento de reubicación del bloque imperialista europeo, marginalizado delante de la disputa entre EEUU y China.
Los 27, bajo el impulso de Alemania y Francia, han avalado por unanimidad (no sin discrepancias internas) la propuesta de Von der Leyen de invertir 800.000 millones de euros en Defensa en los próximos cuatro años, con la idea de aumentar el gasto anual militar hasta un 3% o 3,5% del PIB. La mayor parte (unos 650.000 millones de euros) saldría de los presupuestos nacionales de los Estados miembros. Para ello activarán una “cláusula de escape” que permitirá a los Estados miembros excluir los gastos militares de los límites de déficit permitidos por la UE (3% del PIB). Esto significa que, si para Educación, Sanidad o Empleo hay que cumplir con el déficit, no será así para armamento. A destacar Alemania, cuyo parlamento ha aprobado una reforma de la Constitución para poder llevar a cabo un incremento masivo del endeudamiento público que le permita realizar inversiones para un refuerzo de sus fuerzas militares
Von der Leyen también ha propuesto un fondo de 150.000 millones de euros en créditos a los Estados miembros para “impulsar la industria militar europea”. Algunos países, como el Estado español, quieren también subvenciones directas y hablan de “ampliar el concepto de defensa”.
Su “defensa de Europa frente a Putin” e “independencia de EEUU” es falsa
La propaganda burguesa oculta el hecho de que la UE no es ninguna entidad oprimida que necesite defenderse, sino un bloque imperialista. Tras la guerra de agresión contra Ucrania, el temor a Rusia es muy sentido en lugares como los Países Bálticos y también en Polonia. Georgia y Moldavia están directamente en el punto de mira de Putin. Pero ni la UE ni EEUU han manifestado su disposición a defenderlas de un ataque anexionista ruso.
Tampoco los Países Bálticos podrán esperar ayuda efectiva de la OTAN si Trump está de acuerdo con Putin. Lo mismo sucede con Groenlandia, que actualmente forma parte del Reino de Dinamarca, si Trump se adueña militarmente de ella. El secretario general de la OTAN, Rutte, no ha abierto la boca al respecto pese a que Dinamarca pertenece a dicha alianza
Igualmente, la pretendida búsqueda de independencia militar con respecto a EEUU sirve principalmente para justificar el rearme del imperialismo europeo. Y si bien es cierto que Alemania y Francia tienen una voluntad real de reforzar su industria militar, (contra la que nos tenemos que posicionar activamente), el gran beneficiario del rearme europeo va a ser en primer lugar la industria armamentística norteamericana.
Actualmente existe una gran fragmentación militar entre los diferentes Estados europeos sin unidad de mando ni perspectiva de ningún “ejército europeo”, ya que cada imperialismo tiene sus intereses geopolíticos propios y una relación diferenciada con el imperialismo norteamericano
En palabras de la responsable del BCE, el plan de rearme puede dar un impulso económico a una Europa estancada, una especie de keynesianismo castrense, versión militar del plan Draghi. El rearme está atrayendo a los inversores y varias compañías aeroespaciales y de defensa vieron sus acciones dispararse. Pero es más que dudoso, que la UE desafíe abiertamente a EEUU y a su industria militar norteamericana y ponga en cuestión su dominio en el mercado internacional de armas.
Un apoyo miserable e interesado de la UE a Ucrania
La UE y sus Estados, presumen de haber apoyado a Ucrania “más que nadie”. Pero un estudio del instituto de Kiev para la economía mundial en ocasión de los tres años de invasión, señala que Alemania, el Reino Unido y EEUU han movilizado menos del 0,2 por ciento de su PIB para apoyar a Ucrania, mientras que otros países como Francia, Italia o el Estado español solo asignaron alrededor del 0,1 por ciento. Solo las subvenciones fiscales de Alemania al diésel, costaron tres veces más que toda la ayuda militar alemana. La UE pagó 21.900 millones de euros por importaciones de combustibles fósiles rusos en el tercer año de la invasión, bastante más que los 18.700 millones de euros de ayuda financiera enviada a Ucrania en 2024.
La UE, igual que EEUU, ha estado estos tres años de guerra retrasando, regateando y negando apoyo militar clave a Ucrania, sin aportar las armas ofensivas solicitadas que podrían neutralizar la ofensiva rusa. Su ayuda militar fue siempre una entrega de armas a cuentagotas. No para asegurar la victoria ucraniana sino para debilitar a Putin lo justo para que no pudiera ganar, pero sin que fuera derrotado, y así llegar a un armisticio (sin duda con anexiones rusas) que les permitiera entrar en buenas condiciones en el negocio de la reconstrucción.
Ahora han aplaudido de forma infame la propuesta de alto el fuego de Zelenski, fruto directo del chantaje norteamericano, al que se someten, y se ofrecen a colocar tropas sobre el terreno para “garantizar” el acuerdo Trump-Putin, con la esperanza de pactar con Trump una parte de las riquezas ucranianas y retomar al nivel de antes las compras de gas ruso. Afd reclama incluso la reconstrucción de los gasoductos Nord Stream 1 y 2.
Desde el comienzo de la agresión en gran escala, las deudas acumuladas de Ucrania con EEUU, la UE, el BCE, el FMI y el BM, se han más que triplicado hasta casi 90% de su PIB. El FMI y el BM siguen exigiendo que el gobierno ucraniano pague su deuda y lleve a cabo reformas neoliberales como la desregulación del mercado, el recorte de gastos sociales, la privatización de las industrias de transporte y energía, etcétera. Unas medidas que el gobierno lacayo de Zelensky y los oligarcas a quienes sirve están aplicando a rajatabla, atacando las condiciones de vida de la clase trabajadora y el pueblo pobre.
La UE ha saqueado Ucrania durante este tiempo por medio de sus instituciones financieras, empresas multinacionales como la Bayer o joint-ventures con oligarcas ucranianos. La OTAN y la UE sólo quieren asegurar sus intereses imperialistas participando en la explotación de Ucrania.
Quien ha estado y sigue al frente en las trincheras en estos tres años, es la clase trabajadora encuadrada en masa en el ejército tras la invasión rusa. No es la ayuda recibida por la UE sino el heroísmo de la clase trabajadora ucraniana la que logró frenar a Putin a costa de inmensos sacrificios. ¡Mientras el pueblo ucraniano no se rinda, nuestra tarea es seguir apoyando con más fuerza aún, a la resistencia armada del pueblo ucraniano con sus obreros al frente!
Un rearme que forma parte de un pack reaccionario y deja clara la catadura de la UE
En un ejercicio de cinismo repugnante, justifican igualmente el rearme en nombre de la defensa de la libertad y la paz, al mismo tiempo que la UE y sus gobiernos han apoyado y siguen apoyando expresamente la barbarie del genocidio palestino por parte de Israel, a quien arman y dan respaldo político, mientras reprimen con dureza las movilizaciones de solidaridad con Palestina y las tachan de antisemitas. Pese a lamentos y lágrimas de cocodrilo, como las del gobierno español, todos siguieron permitiendo la venta de armas a Israel y se han negado a romper relaciones diplomáticas y económicas con el Estado sionista.
El plan de rearme europeo, no es para garantizar ninguna paz sino para preparar una futura guerra e intervenir en conflictos fuera de la UE, allí donde los intereses de las multinacionales europeas se vean amenazados. Y, conforme se lleve adelante, llevará aparejada la reducción de los gastos sociales y la subida de impuestos a la clase trabajadora y la pequeña burguesía, por mucho que algunos, como el cínico Sánchez, digan, con fórmulas engañosas, que el rearme no será en detrimento de los gastos sociales.
En paralelo acentúan las medidas xenófobas y racistas contra los inmigrantes con expulsiones, miles de ahogados en el mar y el establecimiento, siguiendo el modelo Meloni (aplaudido por Von der Layen) de campos de deportación fuera de las fronteras de la UE, mientras desvalijan a los países semicoloniales. El rearme también va de la mano de un fuerte retroceso en las ya muy tibias medidas medioambientales.
No habrá libertad ni paz ni prosperidad en Europa con la UE. La alternativa frente a esta Europa al servicio de los oligopolios capitalistas, insolidaria, antisocial y antiecológica, es luchar por una Europa de la clase trabajadora y los pueblos, que sólo podrá surgir de las cenizas de la actual UE. Una federación socialista donde los sectores estratégicos de la economía sean socializados, sometidas al control obrero y popular y al servicio de una planificación democrática de la economía para atender las necesidades sociales y responder a la crisis medioambiental en curso.
Una Europa solidaria con los países semicoloniales a los que ha saqueado durante más de un siglo. Lo que está en juego, no es sólo el futuro de Ucrania, sino el de todos los pueblos de Europa por su libertad
No al plan de rearme de la UE
- ¡No al aumento del gasto militar!
- ¡Disolución de la OTAN!
- ¡No al ejército profesional y su casta de oficiales! No podemos dejar nuestra defensa y seguridad en manos de la UE y la OTAN.Necesitamos un ejército basado en la instrucción militar universal, sustentado en el principio democrático del pueblo armado y por él controlado.
¡No al acuerdo Trump-Putin para desmembrar y saquear Ucrania!
- ¡Fuera las manos de Trump, Putin y la UE de Ucrania!
- ¡Anulación de la deuda ucraniana y transferencia a Ucrania de los 200.000 millones de activos rusos congelados en la UE!
- ¡Todo nuestro apoyo al sindicalismo y los movimientos sociales dentro de Ucrania, en su lucha contra el acuerdo Trump-Putin y contra las medidas antiobreras y neoliberales de Zelensky!
- ¡Ucrania tiene todo el derecho a solicitar y aceptar toda la ayuda material y militar de cualquier fuente necesaria para luchar contra la ocupación rusa!
- ¡Contra la Europa de los capitalistas! ¡Luchemos por unir las luchas de trabajadores y jóvenes en el continente! Por una federación socialista de Europa!