Hoy ha muerto un revolucionario. José Welmovick, nuestro querido Zezoca. Para cada uno de nosotros es una irreparable pérdida. Ya no tendremos la presencia, la paciencia ni la afable charla con el maestro, pero nos ha dejado una gigantesca herencia en sus elaboraciones sobre moral, Medio Oriente, Ciudadanía y clase, como otros muchos estudios sobre diversos temas. Debates fundamentales que han dividido las aguas entre quienes levantamos las banderas de la Revolución Socialista como única salida para el mundo y quienes opinan que con algunas reformas es suficiente.

Zezoca transitó este camino revolucionario por más de cincuenta años, su compromiso lo llevó a muchos países y continentes, ayudando a construir nuestra corriente. No olvidamos que en plena pandemia impartió cursos a nuestra organización, el MIT de Chile.

Aunque pasó por la cárcel, motivo que lo llevó a ser amnistiado hace unos meses por el Estado Brasilero después de una larga lucha, su determinación nunca se quebrantó y estos últimos años, a pesar de su enfermedad, jamás dejó de ser un ejemplo para todos los militantes, luchando hasta su último respiro por la construcción de nuestra Internacional y la reconstrucción de la Cuarta.

Solo nos queda hacer nuestro más sentido homenaje, como se le hace a un camarada que demostró ser un gran revolucionario compañero, amigo y maestro: seguiremos su ejemplo, dedicación y disciplina.

Levantemos nuestro puño y gritemos para que se escuche en todos los confines ¡Compañero Zezoca! ¡Hasta el Socialismo Siempre!

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