El resultado de la primera vuelta de las elecciones presidenciales fue una gran derrota para la candidata oficialista, Jeannette Jara. Su votación (26,85%), en comparación con la de los candidatos de derecha (que juntos suman más de 50%), le dificultará mucho ser electa en la segunda vuelta.

La baja votación de Jara tiene relación con el balance del gobierno de Boric. Jara fue una de sus ministras más mediáticas y estuvo a la cabeza de dos importantes reformas: la reforma de pensiones y la ley de 40h. Por eso, es imposible entender la votación de Jara sin comprender el rechazo que existe al actual gobierno.

Un gobierno que prometió cambiarlo todo y no cambió nada

El gobierno de Boric fue electo con gran expectativa popular en 2020, después del estallido revolucionario de 2019. Boric asumió prometiendo grandes cambios: acabar con las AFP, devolver las tierras al pueblo mapuche, fortalecer la educación y la salud públicas, avanzar en la industrialización del país, crear una empresa nacional del litio, aumentar el impuesto a los ricos, etc. Sin embargo, pasados casi cuatro años, lo que la mayoría de la población trabajadora siente es que los cambios promovidos por el gobierno en su vida fueron nulos o incluso que su vida ha empeorado.
Gran parte de las promesas de Boric y su coalición simplemente no fueron cumplidas.

En vez de fortalecer la salud pública, el gobierno realizó un salvataje a las Isapres, que estuvieron a punto de quebrar después de robar a miles de clientes. En vez de fortalecer la educación pública, siguió reprimiendo a los estudiantes que salieron a la calle exigiendo mejores condiciones para sus colegios. En vez de acabar con las AFP, el gobierno (con Jara a la cabeza) aprobó una reforma que inyectará millones de dólares a las mismas AFP, a cambio de aumentar un poco la pensión de los trabajadores, que seguirá siendo insuficiente para vivir dignamente. En vez de proteger la naturaleza, aprobó uno de los proyectos que más atacan el medioambiente, la “Ley de Permisología”, que permite a los empresarios saltarse una serie de trámites públicos para aprobar sus proyectos extractivistas.

En relación con las cuentas básicas, el gobierno terminó el congelamiento de precios del transporte público y de la luz, lo que hizo subir aún más el costo de la vida. En el empleo, los cambios fueron cosméticos. La reducción de la jornada laboral a 40h, que podría haber sido muy progresiva, viene con flexibilidad al servicio de los patrones. En muchos lugares de trabajo las empresas han utilizado esa flexibilidad para aumentar la explotación mediante el incremento de horas en momentos de mayor productividad. Por otro lado, el empleo precario, el subcontrato y los bajos sueldos siguen siendo la regla. Durante el mandato de Boric se produjo la mayor tragedia en la historia de Codelco, con seis trabajadores muertos en la mina El Teniente. Esa tragedia es responsabilidad del gobierno actual y de los anteriores, que permitieron el avance del subcontrato en la minería estatal (gobiernos, en su mayoría, de la ex Concertación, aliada de Boric y del Partido Comunista).

Con relación a la vivienda, que debería ser un derecho básico, la situación es dramática. Las tomas y campamentos han aumentado y la política del gobierno ha sido desalojar violentamente a las familias sin casa para recuperar los terrenos para sus dueños, en general grandes empresarios que especulan con la tierra. El gobierno no ha logrado cumplir ni su promesa de construir 260 mil viviendas, lo que ya sería muy insuficiente ante la crisis habitacional que afecta a más de un millón de familias.

Junto con eso, Boric ha asumido el discurso de la derecha de que el principal problema de Chile es la “delincuencia”. A partir de ese discurso, ha aprobado una serie de leyes para criminalizar a la población más pobre y a los movimientos sociales. La lista es enorme: Ley Anti-usurpación, para defender a los propietarios de tierra y criminalizar a los pobladores sin casa y a los mapuche que luchan por sus tierras; Ley Anti-Terrorista para encarcelar a dirigentes mapuche, como hizo con Héctor Llaitul y su hijo Pelentaru; Ley Naín-Retamal, para permitir a la policía que mate a diestra y a siniestra, como pasa en países como Brasil o Colombia; Ley de Infraestructura Crítica, que permite la utilización de las Fuerzas Armadas para “resguardar” infraestructuras. Esta ley podrá ser usada en caso de huelgas de trabajadores de distintos rubros según la conveniencia de los gobiernos de turno, etc.1

En cuanto a la industrialización del país y la dependencia de la exportación de materias primas, el gobierno no solo no hizo ninguna reforma progresista, sino que significó un enorme retroceso. Promulgó el TPP-11, que profundiza la dependencia de la exportación de materias primas y productos de bajo valor agregado; mantuvo el saqueo del cobre por parte de transnacionales mediante un royalty totalmente insuficiente; y no creó la Empresa Nacional del Litio, sino que pactó con SQM, de la familia Lerou-Pinochet, para mantener el control de esa familia sobre el litio hasta 2060. Además, permitió el cierre de dos industrias de base fundamentales: la fundición de Ventanas y la Siderúrgica de Huachipato, dejando a miles de familias sin trabajo y aumentando la dependencia de importaciones chinas.

Como podemos ver, las “reformas progresivas” de Boric están muy lejos de compensar los retrocesos vividos bajo este gobierno. Ahora, el Partido Comunista y el “progresismo” quieren convencernos de que debemos votar por Jara porque Boric aprobó la ley de 40 h, la Ley Karin y la reforma de pensiones. Sin embargo, no podemos caer en esa lógica. Este gobierno ha sido pésimo para la clase trabajadora y el pueblo pobre; ha sido un gobierno proimperialista y proempresarial.

En el tema internacional más importante de los últimos años, el genocidio promovido por Israel en Palestina, Boric ha tenido una posición totalmente insuficiente. Más allá de los discursos, ha mantenido las relaciones comerciales, diplomáticas y militares con Israel. Sus promesas de romper relaciones militares quedarán en eso: promesas.

¿Boric fue impedido de gobernar por la derecha?

Muchos defensores del gobierno argumentan que intentó hacer reformas, pero fue bloqueado por la derecha en el Congreso y tuvo que lograr “lo posible”.

Queremos debatir esos argumentos. En primer lugar, no es verdad que Boric no tenía capital social para presionar al Congreso. Cuando hay movilización social, el Congreso se ve obligado a votar leyes que no quiere, como fue el caso de los retiros de las AFP. Boric podría haberse apoyado en la enorme expectativa popular y convocado a grandes movilizaciones para presionar al Congreso a favor de su reforma tributaria, del impuesto a los súper ricos, de una reforma que acabara con las AFP, etc. Sin embargo, eligió otro camino desde el inicio. Pasó de apoyar los retiros de las AFPs a bloquearlos, defendiendo a los grandes capitalistas. En vez de luchar por su programa inicial (que ya era limitado) y presionar al Congreso, se rindió y tomó las prioridades de la derecha, como el “combate al crimen”.
Otro ejemplo fue el “conflicto mapuche”, donde el gobierno mantuvo la Araucanía militarizada y en estado de excepción permanente. Las votaciones a favor de la continuidad de los estados de excepción fueron apoyadas incluso por parlamentarios del Partido Comunista.2

Esa lógica de realizar reformas “en la medida de lo posible”, como decía Patricio Aylwin, es la que tiene a la mayoría de la población condenada a la pobreza, mientras unas pocas familias y transnacionales ganan ríos de dinero. El estallido de 2019 fue justamente un rechazo a esa política. Boric fue un gobierno más en esa larga lista de gobiernos proempresariales.

La derecha capitaliza, electoralmente, el desgaste del reformismo

La derecha ha sabido capitalizar el desgaste del gobierno. Desde hace años, ese sector intenta desviar la atención del pueblo de los problemas del sueldo, vivienda, salud, educación y pensiones, redirigiéndola hacia los migrantes y la “delincuencia”. Si bien es cierto que Chile hoy está más violento, esa violencia es fruto del propio capitalismo neoliberal que condena a la mayoría a la pobreza, y no simplemente del “narcotráfico” o de los “migrantes ilegales”.

La derecha chilena también se viene reorganizando, al igual que la antigua Concertación. Con la mayor polarización social fruto del proceso de 2019, figuras más “duras” se han posicionado mejor que la antigua derecha de RN y la UDI. Kast y Kaiser representan esa “nueva” derecha.

Un futuro gobierno de Kast sería un gran enemigo del pueblo trabajador, de las mujeres, de los pueblos originarios y de la población LGBT. Prácticamente todas sus promesas van en el sentido de atacar a los sectores más pobres y privilegiar a los grandes empresarios. Por eso, la clase trabajadora no debe votar por Kast.

Por otro lado, no podemos decir que un futuro gobierno de Kast será fascista. Hoy el gran empresariado no necesita el fascismo para aplicar sus medidas. El empresariado está muy cómodo con la democracia burguesa actual, que permite saquear el país mediante leyes “legítimas”. Esto no significa que Kast no vaya a reforzar la represión. Sin duda lo hará, apoyándose en las leyes aprobadas por Boric y su coalición.

Votar nulo, resistir los ataques y reorganizar nuestras fuerzas

Por todo eso, decimos que hoy los trabajadores, el pueblo pobre, la juventud y las mujeres no tenemos candidato para las elecciones presidenciales. Jara representa la continuidad de Boric y Kast representa lo peor del país, un heredero del pinochetismo.

Independientemente de quién gane, la vida de la población trabajadora no mejorará. Jara ya demostró que no tiene intención de hacer grandes reformas y estará rehén de un Congreso de derecha. Al igual que Boric, profundizará el capitalismo neoliberal chileno.

Kast intentará implementar ataques más duros, apoyado en un Congreso donde la derecha podrá alcanzar la mayoría.

Por eso, nuestra salida no es votar por ninguno de esos dos. Debemos reorganizar las fuerzas sociales para luchar por las demandas históricas de nuestra clase. Esta tarea será necesaria tanto bajo un gobierno de Kast como bajo uno de Jara.

Es necesario que las bases de las organizaciones de trabajadores como la CUT, la ANEF y los grandes sindicatos rompan sus ilusiones en el Partido Comunista, en Jara y sus aliados. La Concertación ha gobernado más tiempo que la derecha y eso no ha significado avances para el pueblo trabajador. Ya es hora de reconocer esa realidad y entender que el PC, el FA y el Partido Socialista no son aliados del pueblo y gobiernan para el gran empresariado.

¡A votar nulo y a reorganizar las fuerzas de la clase obrera y los movimientos sociales para conquistar nuestras demandas!

1 Ver https://www.bcn.cl/leychile/navegar?idNorma=1188583. 21°.- Disponer, mediante decreto supremo fundado, suscrito por los Ministros del Interior y Seguridad Pública y de Defensa Nacional, que las Fuerzas Armadas se hagan cargo de la protección de la infraestructura crítica del país cuando exista peligro grave o inminente a su respecto, determinando aquella que debe ser protegida. La protección comenzará a regir desde la fecha de publicación de este decreto en el Diario Oficial. La infraestructura crítica comprende el conjunto de instalaciones, sistemas físicos o servicios esenciales y de utilidad pública, así como aquellos cuya afectación cause un grave daño a la salud o al abastecimiento de la población, a la actividad económica esencial, al medioambiente o a la seguridad del país. Se entiende por este concepto la infraestructura indispensable para la generación, transmisión, transporte, producción, almacenamiento y distribución de los servicios e insumos básicos para la población, tales como energía, gas, agua o telecomunicaciones; la relativa a la conexión vial, aérea, terrestre, marítima, portuaria o ferroviaria, y la correspondiente a servicios de utilidad pública, como los sistemas de asistencia sanitaria o de salud. Una ley regulará las obligaciones a las que estarán sometidos los organismos públicos y entidades privadas a cargo de la infraestructura crítica del país, así como los criterios específicos para la identificación de la misma.”

2 Ver la votación de Daniel Núñez, senador del PC en: https://tramitacion.senado.cl/appsenado/index.php?mo=sesionessala&ac=detalleVotacion&votaid=9374

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